De entre las muchas conceptualizaciones que existen sobre masculinidades, la que aporta más evidencia científica sobre la que se posiciona con mayor radicalidad protegiendo a las víctimas es la de las Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM). 

Frente a algunas opiniones que desestiman estas acciones cuando provienen de hombres aludiendo a que esta ayuda es patriarcal, desde la socialización preventiva y desde las NAM sabemos que esto es justamente lo contrario: defender y proteger, venga de mujeres o de hombres, son actos solidarios, profundamente feministas y revolucionarios, cuando impera la ley del silencio. 

Además, posicionarse requiere mucha fortaleza y valentía puesto que, si bien los beneficios para las víctimas y para la sociedad son innegables, en ocasiones quienes defienden a las víctimas son al mismo tiempo objeto de represalias. Gracias a la investigación más reciente en violencia de género con impacto social, contamos con un concepto que explica los diversos ataques que estas personas pueden sufrir: hablamos del acoso o violencia de segundo orden (SOSH por sus siglas en inglés). 

Esta violencia de segundo orden puede darse en cualquier contexto, desde un grupo juvenil, una familia o una universidad. Puede manifestarse como mentiras sobre su vida personal, insultos, amenazas o presiones para que deje de posicionarse, violencia física…; son actos insolidarios de los que no quieren que se rompa el silencio ante la violencia, para mantener así su estatus de poder. 

Haberle puesto nombre a este tipo de violencia está ayudando a legislar medidas que protejan a estas personas, a mujeres feministas y hombres que han actuado protegiendo las víctimas, para visibilizarlas, para apoyarlas y escudarlas frente a la violencia que puedan sufrir y para animar a más mujeres y hombres a posicionarse frente a la violencia de primer orden. En la defensa a quienes protegen, el fin siempre está en el fin de la violencia y el acoso, y en el bienestar de todas las personas valientes. El movimiento social de hombres NAM puede dar mucho sentido y motivar a la legislación contra este acoso de segundo orden. 

Desde las profundas amistades que cultivan los chicos y hombres NAM, un grupo de amigos puede proteger y dar mucho apoyo a quien en sus entornos se atreve a denunciar situaciones de violencia de género. Estos pueden ser mecanismos sociales informales muy potentes y efectivos en la lucha contra la violencia de segundo y de primer orden. Mucha gente se sentirá mucho más predispuesta a posicionarse si sabe que tiene un gran grupo de personas que le van a apoyar a él y a las víctimas. 

Así, viviéndolo desde el éxito social y personal, se verá como lo que es, como muy atractivo, a aquel que se posiciona, que no cede a las presiones, porque esa seguridad llama la atención y se convierte en referente de los que están dudando.


Muchas víctimas manifiestan que lo peor no fue el caso de violencia o acoso en sí, sino el silencio y la no protección posterior. Dándole la vuelta a la situación, también comentan que una de las claves para superar este episodio violento es el apoyo. Si protegemos a quien protege, estaremos protegiendo a las víctimas y estaremos transformando la sociedad, generando redes solidarias de hombres y mujeres valientes que no toleran la violencia y que disfrutan de las mejores relaciones.

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