¿No te atreves?
¿Tienes miedo?
Eres un cortarrollos, aguafiestas.
Nadie se va a enterar.
Venga, si todos lo hacemos.
Los hombres construimos nuestra masculinidad a través de relaciones con otros hombres y mujeres que elegimos como amistades. Mayoritariamente, la socialización en estos círculos de “amistades”, redes sociales, equipos deportivos, amigotes de cervezas, despedidas de soltero… tienden a reproducir la masculinidad tradicional que reitera la desigualdad, replica la violencia y fomenta la doble moral.
Una socialización en este tipo de círculos genera una pérdida de sentido en lo que a las relaciones afectivas se refiere. Se suele llegar a pensar que las relaciones igualitarias, románticas y emocionantes de por vida no son posibles y que lo “normal” es aguantar una relación sin sentido y hasta incluso llenarla de engaños para darle “vidilla”.
En diversos artículos del Diario Feminista ha quedado constatado que la amistad es uno de los elementos más importantes en la vida de las personas. La calidad de estas relaciones juega un papel fundamental en todas las edades y en todos los momentos de la vida, ya que son estas relaciones las que pueden condicionar e influenciar nuestra mirada social, nuestros pensamientos y nuestras decisiones.
Articulos como How Friendship Generates Key Research Questions That Help to Overcome Gender-Based Violence: A Personal Narrative, son muestra e inspiración para los que queremos promover y extender una Masculinidad Alternativa, llena de sentido y con relaciones que combinan el amor más romántico con la aventura y la pasión.
Podemos construir vínculos de amistad entre hombres en los que las conversaciones están fundamentadas en las posibilidades de transformación, con diálogo profundo y desde la verdad. Relaciones en las que ponemos el foco en el atractivo y en la socialización, y eso nos genera seguridad y autoconfianza. Amistades en las que tenemos conversaciones que nos reencantan con las relaciones basadas en el amor y la pasión. Esa mirada y esos diálogos llenos de validez se extienden al resto de interacciones a las que se aporta esa pasión vinculada a la ética y que nos reencanta con aquello que hacemos y vivimos.
Con amistades de este tipo aumenta la valentía para posicionarse ante la violencia, para romper con la doble moral, para tomar decisiones, para colaborar con los movimientos sociales, para querer mejorar, para querer aprender más cada día…
Cultivar amistades transformadoras, al igual que en el amor, requiere esfuerzo, valentía y diálogo honesto y profundo sobre el deseo que incorpora la bondad. Podemos decir que cada día somos más los hombres que buscamos este tipo de amistad y que transformamos nuestras relaciones de amistad para cargarnos de seguridad y para poder, así, transformar la realidad.
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