Ante un caso de Violencia de Género, algunas personas reaccionan poniéndose del lado del agresor, otros no hacen nada y “miran para otro lado”, y otras reaccionan mostrando su apoyo a la víctima, estas últimas son las que pueden sufrir violencia de segundo orden (SOSH por sus siglas en inglés). En esta línea, el pasado viernes se publicó en acceso abierto:  “Second-Order Sexual Harassment: Violence Against the Silence Breakers Who Support the Victims” en la revista científica de más impacto a nivel internacional sobre violencia machista, Violence Against Women

En este estudio, Ramón Flecha presenta seis historias de vida, de cuatro mujeres y dos hombres que han sufrido SOSH en diferentes entornos: escuelas, universidades, organizaciones sin ánimo de lucro y entornos familiares. Del mismo modo, también muestra la diversidad en cuanto a las relaciones entre víctima y  agresor y sus posiciones de poder dentro de las diferentes estructuras sociales. A través de estas seis historias se definen las características de la SOSH y se aportan elementos clave para aprender a combatir este tipo de violencia. Entre las claves se destaca: trabajar en estrategias de seguridad para los individuos que apoyan a las víctimas, promover redes de solidaridad que también aborden el SOSH y asegurar políticas institucionales que afronten este tipo de acoso; todas ellas, estrategias que garantizan trabajar por el compromiso de la comunidad para apoyar a las víctimas. 

Hasta la fecha, como muestra también el artículo, la SOSH no ha tenido todavía reconocimiento generalizado. Sin embargo, hay iniciativas pioneras en favor de reconocer y combatir la SOSH. Como avanzamos en este mismo diario el pasado mes de diciembre, se modificó la Ley catalana 5/2008, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, en su artículo Art. 5.4 incorporando la violencia de segundo orden en la ley. 

En definitiva, ante el deseo por parte de los acosadores para acabar con el apoyo a las víctimas, este artículo nos muestra aquellos factores centrales que pueden ayudar a prevenir la SOSH para garantizar el apoyo de la comunidad, un componente esencial de la lucha por la superación de la violencia de género. 

 

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