Los abusos de todo tipo que salen a la luz de forma reiterada en los medios, relacionados tanto con chicos y chicas de edades de primaria como de secundaria, desde las primeras edades hasta los 18 años, generan una creciente preocupación en la sociedad.

En primer lugar, por la gravedad de muchos de estos actos y por la repercusión que tienen en las vidas de las personas afectadas. En segundo lugar, porque nos dan una medida del resto de cosas que deben estar sucediendo, que no son tan graves, y que desconocemos porque permanecen en la oscuridad del silencio. Y, en tercer lugar, por la necesidad que existe de poner en marcha actuaciones que, de verdad, sí den en la clave para poder frenar estas situaciones y poder generar entornos alternativos que se basen en relaciones de calidad, es decir, de libertad, amistad y solidaridad.

El papel que tienen los niños y los chicos de estas edades es primordial, tal y como señala la investigación de mayor impacto social. Los niños que tienen actitudes de Nuevas Masculinidades Alternativas, es decir, que aúnan seguridad, valentía para enfrentarse a la violencia y atractivo ante sus iguales, se encuentran con muchas barreras que les presionan y coaccionan para que pierdan fuerza y valor.

En las relaciones sociales, tienen que atesorar una gran fortaleza para mantener la seguridad en momentos en los que, tanto chicos dominantes como chicas heterosexuales que sienten atracción por los violentos, les intimidan y coaccionan para que permanezcan en silencio. Las provocaciones con las que se pueden enfrentar son de todo tipo y, generalmente, inesperadas. Las personas dominantes y con actitudes violentas juegan la baza del desprecio, la difamación y la amenaza, ya que no solo no les pasa factura social, sino que aumenta el valor ante aquellos que sienten magnetismo hacia el poder o ante los que sienten la cobardía y el miedo a posicionarse. 

Estas actitudes aparecen en el pasillo de la escuela, en el autobús, en el patio o en los baños. Pretenden dejar mal a los chicos de Nuevas Masculinidades Alternativas, con temas poco importantes pero muy visibles ante el público: la cobardía, la poca hombría, el miedo, la falta de chulería, el posicionamiento como chivato o la debilidad son algunos de los aspectos que se lanzan como ataques, aparte de las amenazas y provocaciones a usar la violencia, y son elementos que nos pueden ayudar a identificar estas actitudes.

Aunque las personas adultas desconocemos qué está pasando debemos ser conscientes de cuál es el nivel de dificultad que encuentran los niños con valores éticos arraigados, y debemos poner en valor los apoyos que puedan recibir, al mismo tiempo que podemos contribuir a aumentar sus redes de amistad y solidaridad con pequeños gestos. Por ejemplo, poder facilitar espacios de niños y niñas que comparten estos valores, desde la etapa primaria, acrecentará su sensación de apoyo y multiplicará sus amistades. Además, desde las escuelas e institutos, si se ponen en marcha actuaciones que tienen como fundamento el diálogo, la tolerancia 0 a la violencia y el posicionamiento social de atractivo hacia la bondad, sin darnos cuenta, estaremos invirtiendo en relaciones de calidad que no solo les protegerán a ellos, sino que protegerán a todas aquellas personas que puedan ser posibles víctimas de los ataques que tanto nos preocupan.

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