La protagonista del artículo, que fue una importante novelista, poeta, ensayista, articulista, crítica literaria, gran intelectual, nació en Sevilla en 1862.
Aunque su figura no haya sido reconocida y valorada, realizó una significativa producción literaria en la denominada Edad de Plata en el ámbito literario español.
Blanca de los Ríos pertenecía a una familia de académicos e intelectuales vinculados a diferentes campos, por ello, recibió desde niña una formación sólida.
Esta intelectual se enmarca dentro de la Generación del 98, junto a Carmen Baroja, Carmen de Burgos, Regina de Lamo, María de Maeztu.
Su obra se divide fundamentalmente en tres bloques : creación literaria, crítica literaria y el trabajo por el restablecimiento de las relaciones de España con Hispanoamérica.
Blanca de los Ríos fue una escritora precoz, publicó su primera obra a los dieciséis años, Margarita, que apareció bajo el pseudónimo de Carolina del Boss. Posteriormente, escribió varios poemarios, con influencias del Romanticismo. Pero, dentro de la creación literaria, su obra más extensa abarca varias novelas.
Esta escritora también destacó en el terreno periodístico, sus artículos trataron diversos temas, pero la mayor parte estaban relacionados con la mujer, con sus ideas sociales y feministas.
Respecto a la crítica literaria, destaca su labor en la realización de investigaciones en las que tiene una gran importancia el incesante acopio de fuentes, datos, documentos archivísticos, hallazgos inesperados y descubrimientos novedosos de un autor o de una época. Es en este campo en el que sus estudios y hallazgos obtuvieron mayor reconocimiento, y continúan siendo referentes para la historiografia literaria.
Las investigaciones de Blanca de los Ríos se centran en varios ámbitos. En la mística, le dedicó especial atención a la obra de Santa Teresa de Jesús. En teatro, hizo importantes aportaciones sobre Lope de Vega, Calderón de la Barca y, especialmente, sobre Tirso de Molina; Don Quijote de la Mancha. Estudios sobre mujeres escritoras.
Sus méritos intelectuales y su dedicación literaria e investigadora la llevaron a ser invitada a participar en la mayor parte de los foros de debate literarios y culturales.
Asimismo, llegó a formar parte de la Asamblea Nacional entre 1927 y 1929, era la primera vez que una mujer formaba parte de un órgano consultivo de ese carácter.
