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En la España de la Guerra Civil, si bien muchas personas sufrieron un corte de libertades y la violencia en su propia piel, Maria Teresa Toral, científica española, no solamente tuvo que vivir uno de los momentos más oscuros de la historia española, sino que su carrera como científica también se vio en juego.

Maria Teresa Toral Peñaranda nació en Madrid en 1911 y era la tercera de siete hermanos. Según se cuenta en algunos escritos, ya de niña era curiosa, precoz, observadora y adelantada a su tiempo. Cultivó aficiones artísticas en torno a la pintura y la música y se educó junto a sus dos hermanas en un colegio francés. Así fue como aprendió el segundo de los cinco idiomas que más tarde dominaría. Fue después de terminar el Bachillerato que decidió dedicarse a la ciencia.

Su padre, un notario madrileño, le recomendó que estudiara Farmacia, puesto que -según él- era una carrera apropiada y práctica para la mujer. Pero Maria Teresa quería algo más, Farmacia se le quedaba corta, así que tomó las riendas y estudió la carrera de Química al mismo tiempo que la de Farmacia, demostrando su valía al ser, incluso, la primera mujer universitaria de su familia. Durante sus años de estudios, no solamente tuvo que lidiar con sacar adelante dos carreras a la vez, sino también con la discriminación que a menudo sufría por parte de sus compañeros de universidad.

Su dedicación y brillantez la llevaron a ingresar en el equipo del químico Enrique Moles en el Instituto Nacional de Física y Química, donde en 1933 desarrolló la primera de sus aportaciones, las Curvas de Presiones del Vapor de Nitroceno. Dada la relación que tenía Enrique Moles con Europa -puesto que había regresado anteriormente de Alemania- el trabajo de Toral, recibió una beca para estudiar en Londres, pero no pudo disfrutarla porque estalló la Guerra Civil española.

De hecho, la científica ingresó la primera vez en prisión, acusada de ir en contra de la ideología franquista, el 13 de junio de 1939. Poco después de su ingreso, fueron fusiladas las conocidas Trece Rosas, aunque este tema da para otro artículo. El hecho es que Toral aprovechó sus conocimientos para ayudar a mujeres y niños en sus cuidados. En 1942 salió de prisión pero, tras abrir una farmacia en Madrid como punto de encuentro clandestino, Toral fue denunciada y volvió a ingresar en la prisión de Ventas (Madrid), hasta su liberación en 1956. En ese mismo año decide exiliarse a México, como en muchos otros casos pasaba.

Toral siguió desarrollando su carrera y sus contribuciones fuera de España. Además de su trabajo científico, también realizó algunas obras artísticas, grabados de sus experiencias estando prisionera en Madrid por las fuerzas franquistas. Pero hasta 1975 su obra no llegó a España y no fue hasta 1978 que Toral regresa, hasta su muerte en su ciudad natal en 1994.

Maria Teresa Toral es una lección de vida, como muchas otras. El libro de la autora Antonina Rodrigo Una mujer silenciada cuenta la biografía de la científica y testimonios sobre su estancia en la cárcel de Ventas. Si las mujeres sufrieron a lo largo de la historia, víctimas de la violencia y el rechazo, durante los períodos más atroces de la historia el sufrimiento era el doble. Maltratos, torturas… No hace falta mencionarlo.

Eso sí, que todas esas experiencias nos sirvan como lección, para no cometer los mismos errores del pasado y dar memoria a las mujeres como María Teresa Toral que lucharon por salir adelante.

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