La sociedad nos presenta a muchas personas famosas como personas a quien idolatrar. Desde luego, desde las masculinidades alternativas rechazamos rotundamente a todos esos falsos ídolos que además de no ser nada coherentes, en muchas ocasiones se acercan bastante a una Masculinidad Tradicional Dominante, hombres con actitudes cutres, cobardes e incluso de violencia de género. Cuesta creer que, no solo se excuse, sino que se idolatre a estos personajes, aunque sepamos, por la investigación, que esto sucede por el discurso coercitivo dominante que vincula la atracción a la violencia, algo que los NAM (Nuevas Masculinidades Alternativas) no contemplan en sus vidas gracias a su rechazo a dobles morales, a su coherencia y fortaleza para posicionarse.
Sin embargo, más allá de los grandes referentes en los diferentes campos de conocimiento o de las artes, más allá de personajes que han alcanzado reconocimiento o fama internacional como referentes de coherencia a la vez que han brillado en sus respectivas disciplinas, siempre podemos encontrar referentes cercanos. Personas que para el gran público son anónimas, pero que, con sus actitudes y acciones cotidianas, pueden convertirse en referentes de las nuevas masculinidades para los más jóvenes.
Tal y como hemos dicho en muchas ocasiones, las actitudes NAM se demuestran en el día a día, en las decisiones que tomamos de manera diaria, casi sin importancia. Pero si estas acciones, estas decisiones, están impregnadas de las actitudes NAM, contribuyen a desarrollar una masculinidad coherente, segura, valiente, posicionada y muy atractiva, que seguro que se convierte en referente para otras personas, si somos capaces de visibilizarlas.
Tenemos muchos ejemplos de actitudes NAM que podemos visibilizar en el día a día, que nos ejemplifican un horizonte con menos violencia y con relaciones más igualitarias y deseables. Podemos elegir valorar públicamente a hombres que responden quitando atractivo y ridiculizando comentarios sexistas o racistas hechos en entornos sociales. Podemos darle todo el foco a un adolescente que dice que no desea nunca tener relaciones con otra persona, si ella no lo quiere al 100%. Podemos elegir como amigos a aquellos chicos y hombres que son más solidarios siempre. Podemos elogiar la actitud de juego limpio de aquellos contrincantes que disfrutan sin tener que pisar al contrario. También podemos aprender del que corta un cotilleo o bulo de una persona, que circula por grupos de WhatsApp. O proteger a aquel que se atreve a defender a una víctima de violencia en un centro educativo o en el trabajo.
Si empezamos a valorar, personal y públicamente, estos actos, estaremos contribuyendo a nuestra transformación individual y colectiva, ajustando la mirada hacia las personas que realmente la merecen, y marcando un camino en el que los niños, chicos y hombres que más éxito tienen son aquellos que encarnan actitudes diarias de NAM. Tener una sociedad más igualitaria depende de ello.
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