El salón de actos guardaba y guardará siempre, como en el mejor de los cofres, los recuerdos y sentimientos de uno de los mejores eventos de la ruta del MeToo. También volvíamos a recibir todos los apoyos (autoridades, profesorado, estudiantes y PTGAS). Creíamos que aquello nunca sería superado y, sin embargo, el decorado de la sala con esos recuerdos y sentimientos nos impulsó hacia una transformación todavía más profunda, más preciosa en todos los sentidos de la palabra.
El evento se había convocado como un acto para hablar del pasado, presente y futuro de la sociología de la educación entre amistades cercanas, y se esperaban unas 20 personas. Fue muy sorprendente que vinieran más de 120. Se transformó espontáneamente en un homenaje emotivo, profundo, bello e inteligente a Lidia Puigvert.
Cuando Judith Butler la conoció y publicó un libro con ella dijo y escribió: fue una experiencia bella y emocionante que me cambió a mí y a mi trabajo… me habéis devuelto el sentido más básico del por qué el feminismo es urgente, emocionante y creativo. Gracias a las aportaciones de Lidia Puigvert sobre el feminismo dialógico y las otras mujeres se abrieron muchas puertas de libertad a más y más diversas mujeres, a las que habían excluído no sólo la sociedad mayoritaria sino también importantes referentes del feminismo.
Lidia fue también la estudiante que generó, ya en 1995 la primera denuncia oficial que se conoce de violencia de género en las universidades españolas. Ser consecuente con sus valores feministas, apoyando siempre a las víctimas a pesar de la cruel violencia de género aisladora que sufría, ha supuesto que las personas e instituciones que apoyaron a los acosadores hayan tratado, y todavía tratan, de invisibilizarla. En el homenaje quedó claro que ni lo han logrado ni nunca lo lograrán. Su imagen, sin decir ni una palabra en todo el acto, brillaba de tal manera que iluminaba haciendo brotar lo mejor de cada una de nosotras.
Tenemos como referentes a Safo, Scheherezade, Jane Addams, Hedy Lamarr y ahora también tenemos a Lidia Puigvert.
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