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La protagonista del artículo de hoy, nacida en Florencia en 1587, es una de las compositoras más importantes de la historia de la música. 

Desde su infancia mostró grandes dotes musicales, de modo que llegó a tocar una gran variedad de instrumentos, cantaba de forma prodigiosa, escribía poesía, fue profesora de música y abrió su propia escuela de canto.

Asimismo, compuso muchas obras, de hecho, está considerada como una de las primeras mujeres que escribió una ópera.

Francesca Caccini pertenecía a una familia de artistas de Florencia; su padre era cantante y compositor reconocido en la corte florentina de los Médici. Su madre también se dedicaba al canto. Por todo ello, Francesca Caccini, llamada cariñosamente Cecchina, recibió una amplia educación humanista, así como una extensa formación musical con su padre.

Actuó por primera vez delante de público en la boda de Enrique IV, actuación que fue un éxito.  Dedicó aquellos años a ejercer como profesora de música, a tocar varios instrumentos, como el laúd y el arpa, y a cantar y empezó a componer.

Además, como he dicho anteriormente, tenía gran cultura humanística, según el testimonio de Cristofano Bronzini, compañero en la corte de los Médicis: “(…) no sólo es un enorme talento en la música, sino que además dispone de una excelente educación en idiomas, aritmética, astrología y alquimia”.

Respecto a su trabajo de compositora, realizó abundante obra, aunque la mayoría de sus partituras no han llegado hasta nuestros días.

Se considera que fue la primera compositora de óperas, pero sólo se conoce una. 

En 1615 se representó en el palacio Pitti  “Il ballo delle Zigane“, obra similar a una ópera, forma musical que por entonces acababa de nacer, compuesta por ella.

Francesca Caccini escribió música para muchos intermedios en la Corte de los Médici con el libretista Michelangelo Buonarrotti. En 1619 puso música a “La fiera” con letra del propio Michelangelo.

Por la misma época, abrió una escuela de música. Francesca Caccini se convirtió en una de las músicas mejor pagada en Florencia y en una compositora prolija.

En febrero de 1625 estrenaba “La liberazione di Ruggiero”, considerada como la primera ópera compuesta por una mujer, y la única de las cinco que compuso Francesca que sobrevivió.

La obra, compuesta en ocasión de la visita del príncipe Ladislao Segismundo a Italia, tuvo tanto éxito que se convirtió en la primera ópera italiana en interpretarse fuera de las fronteras italianas, concretamente en Varsovia, en 1628.

En su época fue muy valorada y contó con gran éxito, pero con el tiempo su figura como sus obras cayeron en el olvido.

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