En el marco de la Eurocopa de fútbol masculino que se está celebrando estos días en distintos países europeos, ha surgido una intensa polémica alrededor del uso del arcoíris en apoyo de la comunidad LGTBIQ+. Esta competición es organizada por la UEFA, entidad privada que actúa como órgano rector del fútbol europeo y que integra a 55 federaciones nacionales, que se declara neutral política y religiosamente y dice estar comprometida con la no discriminación política, de raza, género o cualquier otra.
El 19 de junio Manuel Neuer, capitán y portero de la selección alemana, lució un brazalete arcoíris en lugar del tradicional amarillo con la C de capitán. La UEFA abrió expediente para estudiar el caso, por entender que podría contravenir la norma de no hacer manifestaciones políticas en los partidos de fútbol. Con el mismo argumento también rechazó la petición del ayuntamiento de Munich de iluminar con los colores del arcoíris el Allianz Arena, estadio de la ciudad, con motivo del partido Alemania-Hungría, país este último que recientemente ha aprobado una ley para la prohibición de contenidos LGTBIQ+ para menores. Ante el aluvión de críticas, la UEFA ha hecho pública la declaración “UEFA respeta el arcoíris”, ha adoptado estos colores en su logo y ha propuesto fechas alternativas para la iluminación del estadio.
No queremos aquí valorar la coherencia de la UEFA, sino resaltar que de facto el arcoíris está inundando el fútbol. Invitamos a las lectoras y lectores de DF a sintonizar por un momento alguno de los partidos de la Eurocopa para contemplar el espectáculo. El arcoíris está por todas partes: en los brazaletes de los capitanes de otras selecciones, en la publicidad, en el logo de la UEFA… Ya se trató en otro artículo de este diario la necesidad de actuar para derrotar la homofobia en el fútbol, un contexto todavía hostil donde ningún jugador hombre de las grandes ligas se ha declarado abiertamente gay estando en activo. Entendemos que el horizonte de igualdad y libertad que perseguimos aún está lejos, pero hace muy poco era impensable ver un evento futbolístico de la magnitud de una Eurocopa teñido de arcoíris. Queremos pensar que hoy, gracias a las personas valientes que actúan y dan un paso al frente, gracias a esa actitud NAM que ya presentamos en artículos anteriores, ese horizonte está hoy un poco más cerca.
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