El deporte en general está cada vez más ocupado y preocupado por la cuestiones relacionadas con la violencia en todas sus aristas: racismo, violencia, homofobia.
En este sentido, el mundo del fútbol parece que empieza a tomar posición en estos temas.
La homofobia sigue siendo un tema tabú en el mundo del fútbol, pero hay algunas cosas que están empezando a cambiar. El pasado 1 de octubre, según informa la sexta, mientras se disputaba el partido de la segunda división estadounidense entre el San Diego Loyal y el Phoenix Rising, justo antes del descanso y después de un situación de falta, un jugador del equipo de Phoenix lanzó insultos homófobos a uno de sus contrincantes del equipo de San Diego.
Durante el tiempo de descanso el entrenador y manager del equipo, un jugador muy valorado en el soccer de ese país, Landon Donovan, habló con el árbitro, con el entrenador del equipo contrario y con sus propios jugadores, con la firme opción de no continuar con el partido si el jugador agresor seguía en el terreno de juego. Cuando empezó la segunda parte del encuentro el San Diego se retiró al vestuario.
Estos actos de posicionamiento, de upstander, son de una valentía inmensa, más si cabe en un entorno como el del fútbol en el que parece que sigue existiendo con mucha fuerza una ley del silencio que oprime las libertades y opiniones de los miembros del colectivo LGBT, pero sobretodo los de las personas que desean vivir su sexualidad en libertad.
Acciones como las lideradas por Donovan nos acercan a ese futuro soñado en el que cada persona sea respetada y no pueda ser segregada por ningún motivo. Como dijo Antoine Griezman en una revista francesa, “Basta de homofobia en el fútbol”.
El mundo del fútbol masculino, por su extensión e influencia, debe seguir caminando hacia ese horizonte, recogiendo las acciones de referentes como este club, estos jugadores, este entrenador, que nos muestran que ser valientes nos ayuda a construir un mundo más libre, un mundo mejor.
