“¿Tú eres más de números o de letras?” o “Las chicas son de letras y los chicos de ciencias” son dos afirmaciones a las que nos enfrentamos desde hace mucho tiempo. Y desde hace relativamente poco se ha iniciado todo un movimiento STEM para incluir a las chicas entre las filas de la ciencia, sea visualizando más a modelos femeninos en los campos científicos (mujeres como role model), sea con mensajes atractivos para que las más pequeñas que así lo deseen encuentren en los números sus vocaciones.
En el artículo “Gender similarities in the brain during mathematics development” [Similitudes de género en el cerebro durante el desarrollo matemático] se pone en duda (debido a las pocas evidencias científicas que así lo demuestran) que biológicamente las chicas y los chicos seamos diseñados más para una cosa que para otra. Para ello han analizado la relación entre la biología temprana de las matemáticas y el género en procesos neuronales de las matemáticas en una muestra de niños y niñas de entre 3 y 10 años. Para llevarlo a cabo, mientras los niños y las niñas miraban unos vídeos determinados de educación matemática, los y las investigadoras observaban la resonancia magnética funcional de su actividad cerebral, cuantificando en qué se diferenciaban o en qué se parecían estas imágenes de sus cerebros.
Entre sus resultados pudieron ver que había muchas más similitudes que diferencias y sacaron la conclusión de que los niños y las niñas tienen el mismo sistema neuronal durante el desarrollo matemático. O sea, que las chicas no son biológicamente diseñadas para las letras, sino que tienen las mismas capacidades que los niños para ello.
Estas conclusiones no hacen más que llegar a lo que ya se mencionaba en la introducción: no hay más mujeres que deseen dedicarse a las ciencias, a causa de las diferentes barreras, ideológicas, culturales y sociales que se van encontrando por el camino.
