Irlanda ha estrenado el 2019 aprobando una nueva Ley de Violencia Doméstica que considera el abuso psicológico y emocional un delito penal y ofrece protecciones más amplias a las víctimas que sufran alguna forma de “control coercitivo” por parte de sus parejas. Este avance es bienvenido, aunque tal y como recogíamos en anteriores artículos en Diario Feminista,la violencia de gènero no solo ocurre en las parejas o ex-parejas, las evidencias internacionales indican que hay un porcentaje que se da en las relaciones esporádicas, y no contemplarlo es un error.
La noticia, publicada por Europa news, señala que este país se encuentra entre los pocos que contemplan la violencia de género más allá del abuso físico. Según la directora de Woman’s AID, de los 15.833 informes de abuso doméstico que recibieron en 2017, 10.281 tenían que ver con el abuso emocional, tal como muestra el informe “Against the odds”, publicado por esta organización. Es por ello que Charlie Flanagan, Ministro de Justicia irlandés, explica la necesidad de ampliar el alcance de la ley para que esta reconozca que “el efecto del control no violento en una relación íntima puede ser tan perjudicial para las víctimas como el abuso físico porque es un abuso de la confianza única que se da dentro de una relación íntima”.
Entre los principales cambios que prevé esta ley está la posibilidad de que las víctimas soliciten órdenes de alejamiento de emergencia contra parejas o ex-parejas, sin necesidad de que haya cohabitación y sin requerimiento de periodo de convivencia mínima de los solicitantes. También se incluye el matrimonio forzado como delito penal y se deroga la anterior legislación que permitía el matrimonio de menores de edad. Por último, como ya hemos destacado, la nueva ley criminaliza el control coercitivo y el abuso psicológico en las relaciones íntimas.
La lucha contra la violencia de género es uno de los principales objetivos de la UE, que sigue viendo cómo esta lacra social está a la orden del día en la mayoría de los países que la componen. En este sentido, campañas de la Comisión Europea como Non.No.Nein. pretenden tanto concienciar a la población sobre esta problemática y impulsar su participación activa en contra, como orientar a los Estados Miembros sobre las acciones a emprender para poco a poco revertir la situación actual. Por ello, desde Diario Feminista celebramos acciones como la de Irlanda que nos permiten avanzar hacia una sociedad más igualitaria y libre para todas y todos.
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