La respuesta institucional que las universidades ofrecen a las personas que denuncian una situación de acoso sexual es un tema que está cada vez más estudiado. Algunas universidades disponen de la figura que denominan “victim advocates”, es decir personas que se dedican a proteger, apoyar, acompañar a las víctimas en el contexto académico.
Este artículo, Perceptions of Institutional Response to Sexual Assault Amongst College-Based Victim Advocates, presenta un análisis de las percepciones sobre la respuesta institucional que las figuras actuando como victim-advocates notaron ante las denuncias, según este estudio. La legislación federal de Estados Unidos obliga a las instituciones de enseñanza superior a abordar las agresiones sexuales en sus comunidades. Las facultades y universidades han contratado cada vez a más profesionales para gestionar los esfuerzos de respuesta, incluidas las personas reconocidas como defensoras de las víctimas en el campus. Estas figuras, llamadas victim-advocates, proporcionan apoyo a las víctimas, ayudan al estudiantado a acceder a las opciones de denuncia, incluso a comprenderlas, y se aseguran de que los y las estudiantes reciban las adaptaciones que necesitan.
Según la autora de este estudio se sabe muy poco sobre la experiencia o las percepciones de estas personas defensoras de las víctimas en los campus. En este estudio, 208 victim-advocates profesionales del campus de todo Estados Unidos completaron una encuesta anónima online centrada en sus percepciones sobre la respuesta institucional a la agresión sexual. Para el análisis se aplicó una regresión múltiple para indagar cómo los factores psicosociales (agotamiento, trauma secundario y satisfacción por compasión) y los factores organizativos (percepciones de liderazgo, apoyo organizativo y salud relacional de la comunidad) se asociaban con las percepciones de las personas defensoras sobre la respuesta institucional a la agresión sexual.
Los resultados del estudio indican que, aunque las personas defensoras experimentan agotamiento y trauma secundario, y tienen puntuaciones de satisfacción por compasión inferiores a la media, estos resultados psicosociales no influyen en su percepción de los esfuerzos de respuesta. Sin embargo, todos los factores organizativos contribuyen significativamente a la forma en que las y los defensores perciben la respuesta. De esta manera, según la autora, cuanto más positivamente consideraban las y los victim-advocates el liderazgo, el apoyo del campus y la salud relacional, más positivos consideraban los esfuerzos de respuesta en el campus.
Con el fin de mejorar los esfuerzos de respuesta, la autora sugiere que las personas administradoras deben participar en una formación significativa sobre la agresión sexual, incluir a los y las victim-advocates del campus en los debates de alto nivel sobre la agresión sexual en el campus y garantizar que se proporcionen los recursos adecuados a los servicios de defensa.
