Como pocos países de su tamaño, Brasil ha proyectado su carácter al mundo en gran parte a través de la arquitectura moderna: edificios gubernamentales, proyectos de vivienda de Brasilia, rascacielos en la Avenida Paulista de São Paulo, palacios de placer del Sambódromo de Río o el estadio Maracaná son ejemplos del entorno de modernismo que enriquecen Brasil.
Una mujer en particular ayudó a este estilo de la arquitectura moderna en general. Lina Bo Bardi, una arquitecta nacida en Italia con un compromiso poco común con la construcción para las necesidades de la sociedad. Mientras la arquitectura brasileña atravesaba su fase utópica, Bo Bardi se mantuvo a distancia, construyendo algunos de los edificios más incisivos y exitosos de Brasil, no solo en el sur, zona más rica del país, sino también en el norte, culturalmente vibrante pero económicamente más desfavorecido. Bo Bardi ha sido llamada “la arquitecta más subestimada del siglo XX”, y en este centenario de su nacimiento, finalmente está recibiendo la atención que se merece, según explica la BBC.
Nacida como Achillina Bo en Roma en 1914, estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la misma ciudad para, posteriormente, formar su propio estudio en Milán a finales de la década de 1930.
A los pocos años de empezar su propio despacho se proclamó la Segunda Guerra Mundial, una época en que la economía pasó a centrarse en la defensa debido al conflicto bélico por lo que Aquilina se quedó por aquel entonces sin ningún proyecto, lo que la llevaría a empezar a frecuentar locales de la resistencia y acabar afiliada al Partido Comunista Italiano.
En 1943 uno de los bombardeos sobre Milán acabó derribando diferentes edificios, en uno de los cuales se encontraba el estudio de Aquilina Bo. Tras este suceso, Aquilina se casó con el periodista Pietro María Bardi con quien huiría de Italia rumbo a Brasil, estableciéndose en São Paulo. Tras casarse tomó el apellido de su marido pero decidió conservar el suyo, nombre con el que se popularizó, Lina Bo Bardi.
En Brasil, Bo Bardi expandió sus ideas influenciada por una cultura reciente y desbordante, diferente de la situación europea. Junto con su marido, decidieron vivir en Río de Janeiro donde compraron un terreno y establecieron su hogar en una construcción de su propio diseño, como no podría haber sido de otra manera, edificio que se llamó la Casa de Vidrio.
Lina y su marido estaban encantados con la naturaleza de la ciudad y sus construcciones modernistas, allí Pietro Bardi recibió el encargo de un museo desde São Paulo, ciudad en que finalmente establecieron su residencia definitiva. Allí iniciaron una colección de arte popular brasileño y su trabajo adquirió una gran dimensión destacando entre lo moderno y lo popular.
Una de sus obras es el Museo de Arte de São Paulo, conocido como MASP en la Avenida Paulista, que fue inaugurado en 1968.
La arquitecta dejó una marca imborrable en su ciudad adoptiva, donde destaca el Museo del Arte Popular y el mencionado Museo de Arte de São Paulo, así como decenas de pequeños proyectos. Además de obras de arquitectura, Bo Bardi diseñó mobiliario, produjo obras de teatro y de cine, entre otros.
Su aportación a la teoría de la arquitectura fue clave con el texto Contribución Propedéutica ao Ensino da Teoria da Arquitetura (1957), un alegato humanista en defensa de una arquitectura culta y ecológica, basada en los avances técnicos
Lina falleció en Brasil en 1992 y ha sido este año 2021 cuando ha recibido un gran reconocimiento tras ser galardonada con el León de Oro de la Bienal de Venecia a título póstumo.
Lina fue una de las primeras mujeres consideradas “maestro” de la arquitectura, se convirtió en un referente internacional muy admirada por su búsqueda de una arquitectura humana y popular. Actualmente la Casa de Vidrio es el Instituto Lina Bo y Pietro María Bardi y se puede visitar en Morumbí, en la ciudad de São Paulo.
