Hace poco más de una semana DF daba a conocer el informe“I Sleep in My Own Deathbed” Violence against Women and Girls in Bangladesh: Barriers to Legal Recourse and Support, estudio realizado por Human Rights Watch sobre la situación de la Violencia de género en Bangladesh. Este informe deja en evidencia la realidad de las víctimas respecto de un sistema que desprotege a las mujeres que sufren violencia de género y que pone barreras para que se haga justicia.
La violencia y la impunidad que se ejerce en los casos de abusos a mujeres no solo afecta a las bangladeshí en el mundo real, sino que se ha desencadenado un alza en los abusos en el mundo virtual. Según Reportó la Fundación Thomson y Reurters, el aumento de los abusos y el acoso en línea dirigidos a las mujeres y el bajo, casi nulo, porcentajes de denuncias ha llevado al departamento de policías a crear un equipo de sólo mujeres para luchar contra el abuso digital.
La esperanza está en que las víctimas se sientan en mayor libertad de hablar frente a otras mujeres y que las aliente a denunciar el abuso digital, incluyendo el llamado “porno de venganza”, la usurpación de sus cuentas de redes sociales y las amenazas en línea de los extorsionistas.
Las entidades sociales estiman que el aumento del ciber-acoso es una consecuencia de la apertura del país al uso masivo de internet, algunas incluso creen que este tipo de violencia se facilita por el anonimato de los perpetradores. Es por esto que, aun cuando ya existían diversos equipos de la policía trabajando en estos temas, se ha apostado por un equipo cien por ciento femenino que pueda acercar un poco más la justicia a quienes se han visto afectadas, y quienes no revelaran la identidad de las mujeres que denuncien, como una forma de protegerlas de las represalias que habitualmente reciben quienes se atreven a romper el silencio en ese país.
Según la policía nacional, las mujeres representan la mayoría de las víctimas de los casi 6.100 casos presentados en virtud de diversas leyes para prevenir el abuso digital en Bangladesh. La creación de este equipo llega de la mano de otras medidas, como el endurecimiento de las penas, incluso la pena de muerte, en casos de violación que se han aprobado en las últimas semanas.
Sin embargo, estas medidas por si solas no son la solución. El monitoreo del funcionamiento de estos equipos, así como la prevención de la violencia y que se faciliten los procesos de denuncia y acceso a la justicia debe estar garantizado para garantizar los derechos de las víctimas y la seguridad de aquellas personas que las ayudan y defienden.
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