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Hoy en día, hablar libremente, si así lo deseamos, sobre quiénes somos, en qué creemos, cómo nos identificamos y qué deseamos para vivir felices, va superando tabúes y brinda la oportunidad de mejor conocimiento, para que más gente tenga información y no se vea limitada por bulos u ocurrencias. Las investigaciones científicas ahondan en este tema para que todas las personas que así lo necesiten encuentren espacios en los que puedan ser tal y como se sienten. 

La religión y la sexualidad aún siguen levantando alguna barrera en determinados círculos, pero afortunadamente, cada vez hay más evidencias científicas que describen una mejora social. En esta misma línea, para el artículo Reframing, Reconciling, and Individualizing: How LGBTQ Activist Groups Shape Approaches to Religion and Sexuality [Reencuadre, reconciliación e individualización: cómo los grupos de activistas LGBTQ dan forma a los enfoques de la religión y la sexualidad], con el objetivo de analizar los discursos existentes y el activismo, se han llevado a cabo 77 entrevistas de diferentes escuelas en las que coexistían varios grupos LGBTQ, de los cuales el 54% se identificó como hombres, el 86% se identificó como blancos, el 77% se identificó como lesbianas, gays o bisexuales y el 8% se identificó como transgénero o de género fluido. 

El estudio llegó a dos conclusiones. Por un lado, sí activistas LGBTQ tienen por objetivo movilizar a otras personas, es importante que el enfoque del discurso sobre religión y sexualidad sea más liberal o conservador, mientras que, por el otro lado, se podría orientar un discurso para desarrollar una comprensión más personalizada de la religión y la sexualidad. En base a esto, llevar a cabo cambios en la comunidad se podría realizar de dos maneras, por un lado, enseñanzas de una sola religión o, en caso de buscar crecimiento personal de las personas LGBTQ, se deberá buscar información y conocimiento en varias tradiciones religiosas.

Según sus conclusiones, estos estudios tienen un impacto en el bienestar de la población estudiantil vulnerable debido a que cuando los grupos activistas pretenden cambiar políticas, se ha observado que estas son más efectivas si son culturalmente resonantes. Lo que significa que, para poder llevar a cabo cambios importantes, es relevante que se enmarquen en conceptos como justicia desde el punto de vista del cristianismo, por ejemplo. 

Análisis e investigaciones así podrían contribuir a mejorar el clima de los campus universitarios para reducir la violencia sexual existente y tener un impacto social en las vidas de los y las estudiantes.

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