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El 25 de agosto se conmemoró el tercer aniversario del éxodo masivo de personas musulmanas rohingya desde Myanmar a Bangladesh. Con motivo de este aniversario, el gobierno del país de acogida prevé flexibilizar el acceso a internet de alta velocidad, que hasta ahora estaba prohibido. 

El Secretario de Relaciones Exteriores de Bangladesh dijo en entrevista a Thomson y Reuters que el año pasado el gobierno había restringido la internet de alta velocidad en los campamentos porque podía utilizarse para difundir “rumores infundados y desinformación” que podrían “crear pánico y desestabilizar los campamentos”.

En el campamento está prohibida la educación de las niñas y niños y desde el año pasado solo está permitido el acceso a internet 2G, lo que dificulta las comunicaciones y anula las posibilidades de dar educación informal a las y los menores. Sin embargo, desde Naciones Unidas y diferentes grupos de ayuda internacional están presionando para que esta situación cambie y el más de un millón de personas que vive en el campamento más poblado del mundo puedan comunicarse con sus familias, educar a los infantes y, al mismo tiempo, tener más y mejor información. 

Tras el aumento de los casos de coronavirus, las autoridades impusieron más restricciones en los campamentos superpoblados para contener la propagación de la pandemia, limitando el tránsito entre diferentes sectores del campamento. En cuanto a los contagios dentro del campo de refugiados, las autoridades de Bangladesh han reportado 60 casos y seis muertes. 

Desde 2018, el pueblo más perseguido del mundo ha estado conmemorando el 25 de agosto como “Día de la Memoria del Genocidio Rohingya” para no olvidar que el mismo día de 2017, el ejército de Myanmar inició una brutal campaña de represión contra los civiles rohingya, obligando a más de 750.000 personas a huir al vecino Bangladesh en pocos días.

“Honrando la decisión del país anfitrión y considerando la pandemia, estamos observando el día del genocidio este año a través de oraciones silenciosas a Alá Todopoderoso por nuestros mártires y el pueblo oprimido”, dijo el líder de la comunidad Rohingya, Rahmat Karim a AA.

Las personas refugiadas del campamento, quienes esperan que el Genocidio de su pueblo sea reconocido por la ONU para que se termine con la violencia sistemática contra su gente, ven un futuro sin esperanza al no poder regresar a su país, por una parte, y al no tener opciones de trabajo ni educación, por la otra. Es por esto que es tan importante que vuelvan a tener acceso a una internet de alta velocidad que les acerque a sus vínculos familiares y que funcione como la herramienta que les permita acceder a la información y educación que todas las personas merecen. 

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