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El pasado mes de marzo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), junto con su Equipo de Género, publicó el informe 2020 HUMAN DEVELOPMENT PERSPECTIVES TACKLING SOCIAL NORMS A game changer for gender inequalities, basado en el Índice de Normas Sociales de Género, que incluye datos recogidos en 75 países, que abarcan más del 80% de la población mundial. Este índice trata de afrontar cómo las normas sociales pueden obstaculizar la igualdad de género en ámbitos como la política, el trabajo y la educación, y forma parte de un conjunto de acciones de la estrategia de género del PNUD. 

Entre sus resultados más relevantes, según informa Naciones Unidas en su página de noticias, cerca del 90% de la población mundial mantiene algún tipo de prejuicio contra las mujeres. Estos prejuicios explicarían, en parte, ese “techo de cristal”, esa enorme brecha de poder que todavía existe entre hombres y mujeres en el ámbito económico, político y empresarial.

A este respecto, los datos que presenta este informe son preocupantes: en la política, aproximadamente la mitad de la población considera a los hombres mejores líderes que las mujeres. A este dato se suma que, a pesar de que no hay diferencias en proporción de votos entre hombres y mujeres, la representación política mantiene la brecha: menos del 24% de los escaños parlamentarios a nivel mundial son ocupados por mujeres, y de 193 países, sólo 10 tienen una mujer al frente del Gobierno. 

En el ámbito laboral, los datos son parecidos: más del 40% opina que los hombres son mejores ejecutivos y que, ante la escasez de empleo, tienen más derecho a ocuparlo. Otros resultados que recoge el informe refuerzan, de nuevo, la brecha: la remuneración de las mujeres es inferior a la de los hombres y tienen una probabilidad mucho menor de ostentar cargos directivos: menos del 6% de los directores generales de empresas del índice S&P 500 (uno de los índices bursátiles más importantes de Estados Unidos) son mujeres. Y aunque las mujeres trabajan más horas que los hombres, es más probable que se trate de trabajo de cuidados no remunerado.

Hace 25 años de la Declaración de Beijing y cinco de la proclamación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030. Tras este nuevo informe no queda más que escuchar las palabras de la directora en funciones del Equipo de Género del PNUD, Raquel Lagunas: “Debemos actuar ya para superar los obstáculos que presentan los sesgos y los prejuicios si queremos avanzar a la velocidad y a la escala necesaria para lograr la igualdad de género y la visión plasmada en la Declaración de Beijing, hace más de dos décadas, y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible ”.

Un nuevo informe, más datos, que siguen demostrando que todavía hay diferencias, techos de cristal, brechas de género, y que nos deben animar a seguir derribando las barreras y los prejuicios, todavía muy presentes, que impiden a las mujeres lograr la igualdad. 

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