
Muchas son las mujeres desplazadas de sus países de origen que han tenido que construir un nuevo hogar en distintos países de acogida. Entre las dificultades a las que se enfrentan en el nuevo camino se encuentra el desempleo. Algunas de las mujeres migrantes y refugiadas han hallado una salida a esta problemática: cada vez son más los países que buscan las destrezas en la cocina de las mujeres desplazadas, de acuerdo con The Guardian.
Siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la Agenda 2030, las mujeres se inician en el mercado laboral del país en las cocinas, ganando en empoderamiento y contribuyendo a la economía del país, una vía es la creación de cooperativas. Este último aspecto ayuda, además, a romper los prejuicios relacionados con la creencia de que el colectivo de refugiados supone una carga en cuanto a recursos.
Otra de las empresas que trabaja en esta línea es Migrateful, empresa que se caracteriza por su labor social organizando clases de cocina impartidas por personas refugiadas. Su lema, “Recipes rebuilding lives” – recetas reconstruyendo vidas-, describe la esencia y la forma de estas nuevas propuestas que se extienden ya por todo el mundo.
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