La violencia de género (VG) es una realidad altamente preocupante, no solo por sus elevadas cifras, 1 de 3 mujeres han sufrido algún tipo de VG en sus relaciones según datos de la Organización Mundial de la Salud (2017), sino también porque preocupa su edad cada vez más reducida, ya que el 30% de las chicas de entre 15 y 19 años sufren o han sufrido violencia de género en sus relaciones afectivas sexuales (OMS, 2017).
Ya se sabe que más de la mitad de los homicidios de mujeres se producen por sus parejas y ahora parece que este tipo de violencia también está afectando a las adolescentes. En esta línea, un estudio reciente, realizado en Estados Unidos, ha demostrado la relación entre la violencia de género y las jóvenes asesinadas en esta circunstancia. Sus autoras y autores encontraron que el 90% de las personas jóvenes asesinadas por una pareja íntima entre 2003 y 2016 eran chicas.
El estudio se publicó en la revista JAMA Pediatrics bajo el título Intimate Partner Homicide of Adolescents [Homicidio por la pareja íntima entre adolescentes]. Partiendo de la pregunta: “¿Cuáles son las características de los homicidios por parejas íntimas entre adolescentes?” y, con el objetivo de determinar la proporción de homicidios de adolescentes cometidos por parejas íntimas para describir las características de la víctima, el agresor y la incidencia de estos homicidios, este estudio analizó los datos cuantitativos y cualitativos del Sistema Nacional de Informes de Muertes Violentas de 2003 a 2016.
El estudio se llevó a cabo en 32 estados. Hubo 8048 homicidios de víctimas de entre 11 y 24 años con una relación conocida entre la víctima y el perpetrador. Para las personas de 11 a 18 años hubo 2188 homicidios, de entre cuales 150 fueron perpetrados por el compañero íntimo. Las parejas íntimas asesinadas eran en su mayoría mujeres (90%) con una edad media de 16,8 años. El 62,7% de asesinos eran actuales parejas de las víctimas.
Las conclusiones del estudio demuestran, por un lado, que son las mujeres quienes corren más riesgo de homicidio en sus relaciones de pareja y, por otro, la necesidad de comprender la realidad del alto índice de violencia en las relaciones afectivo-sexuales entre adolescentes y así dedicar esfuerzos de prevención e intervención en edades cada vez más tempranas.
