Actualmente, las grandes capitales africanas buscan nuevas orientaciones y aproximaciones para desarrollar y planificar su crecimiento durante los próximos decenios, según recoge El País. La innovación y la sostenibilidad son elementos claves para su industrialización y en ciudades como Dar-es Salam, Tanzania, con un rápido crecimiento urbanita, cada vez son más las mujeres que forman parte del colectivo de ingeniería gracias a programas de ayudas económicas a las que tienen acceso.
Los datos registrados en Tanzania revelan la creciente entrada de mujeres dentro de un sector mayormente dominado por hombres. Si en 1976 se registraban las primeras mujeres tanzanas del colectivo y en 2009 tan sólo el 4% de sus miembros eran mujeres, según datos oficiales, en la actualidad se ha duplicado el número de mujeres profesionales. Programas destinados a mujeres como el Structured Engineers Apprenticeship Programme (SEAP), financiado por el gobierno noruego con 1.65 millones de dólares, han contribuido este aumento favoreciendo también a las economías familiares de las candidatas.
Mientras reciben formación sobre habilidades y trabajos básicos propios de la ingeniería, las mujeres reciben un sueldo mensual. De esta forma, todas ellas se suman a la ola de innovación del continente africano aportando un sustento económico para sus familia con un impacto mínimo en la economía familiar. De acuerdo con el informe Engineering and economic growth: a global view –Ingeniería y crecimiento económico: una visión global-, de la Royal Academy of Engineering de Londres, el desarrollo de infraestructura digital que son capaces de hacer las y los ingenieros influye en gran medida en la productividad nacional. Por tanto, las mujeres tanzanas ingenieras están directamente contribuyendo al crecimiento del país.
