
Los estudios feministas han destacado cada vez más las contribuciones de mujeres de diversos orígenes; sin embargo, sigue habiendo un vacío en la investigación sobre las mujeres religiosas conservadoras. El artículo Casilda Iturrizar: un caso de superación de la invisibilización de las mujeres relevantes por su religiosidad publicado en la revista científica Social Sciences presenta hallazgos sobre Casilda Iturrizar, una mujer burguesa y religiosamente conservadora que influyó significativamente en el Bilbao del siglo XIX.
Quién fue Casilda Iturrizar
Casilda fue una mujer conservadora de creencias religiosas y persona clave para sentar las bases de la actual ciudad de Bilbao. Procedente de una familia modesta, se casó con Tomás Epalza, empresario y cofundador del Banco de Bilbao, que llegó a ser bastante rico. Casilda Iturrizar no eligió un estilo de vida lujoso para sí misma con el dinero que ganó con este matrimonio. En cambio, usó el dinero para cambiar Bilbao para mejor, ayudando a personas de todos los ámbitos de la vida, desde los pobres hasta las clases medias y altas.
Entre los varios proyectos que Casilda desarrolló, fue pionera y mecenas del Hospital Civil de la ciudad, de la Universidad de Deusto, de la Sociedad Coral de Bilbao, del parque Doña Casilda Iturrizar, del teatro Arriaga, de escuelas para sectores socioeconómicos bajos y de hogares para personas mayores.
A finales del siglo XIX, el Bilbao viejo, ligado al tráfico naval, ya se había ido expandiendo con la Revolución Industrial, abarcando, entre otros, a los municipios situados a ambos lados de los 10 km de la ría que desembocan en el mar. La mayoría de las fábricas y minas estaban ubicadas en la «margen izquierda», donde vivía la mayoría de las personas de la clase trabajadora y estaban sometidas a la contaminación del aire. La mayor parte de la burguesía abandonó Bilbao para vivir en lujosas villas situadas al final de la ‘margen derecha’.
Casilda Iturrizar quería evitar que las clases altas siguieran huyendo hacia la costa, lo que dejaba a las clases bajas un Bilbao con fachadas que pronto se ensuciaron y con pocos servicios para su población en rápido crecimiento. Logró aglutinar a personas de la burguesía, de las clases sociales más bajas y de las instituciones en torno a sus diversos proyectos sin el afán de protagonismo que tenían algunos hombres.
El objetivo de este estudio, es investigar si esa invisibilización de Casilda Iturrizar está relacionada con el hecho de que estas mujeres provenían de entornos conservadores, lo que algunas feministas afirman que no puede ser feminista. En este sentido, se ha analizado si Casilda Iturrizar, una mujer católica considerada conservadora, cuyas aportaciones han influido notablemente en diversas mejoras de la sociedad vasca y de la historia de Bilbao, ha sido invisibilizada entre diversos ciudadanos, incluso bilbaínos, para avanzar en el conocimiento en este campo y superar estas barreras.
Invisibilización de ciertas mujeres por parte de algunos movimientos feministas
Muchos académicos han criticado a ciertos sectores feministas por incluir a grupos específicos de mujeres, particularmente a aquellas de clases sociales medias y altas, antecedentes académicos e ideologías políticas específicas, lo que lleva a ocultar las experiencias, luchas, derechos y logros de muchas mujeres de diversos orígenes y grupos minoritarios. Además, algunas de estas feministas a veces han vinculado el feminismo exclusivamente a la ideología política de izquierda, excluyendo así a mujeres con diferentes creencias e ideologías que también han contribuido significativamente al feminismo y al mejoramiento de sus comunidades.
Mujeres como Jane Addams, profundamente conectada con sus valores cristianos, fundaron la Hull House en Chicago, desde donde brindó apoyo a mujeres inmigrantes y familias de bajos ingresos; luchó por la mejora de las condiciones de vida de las mujeres trabajadoras, el acceso a la educación y a los servicios sociales; y promovió la participación de las mujeres en la política y la toma de decisiones comunitarias. Por otra parte, Marianne Weber, una de las exponentes del movimiento feminista alemán de la época, defendió la importancia de la familia como base de la sociedad, aportó ideas sociológicas y escribió extensamente sobre la situación de las mujeres en la sociedad moderna, abogando por el acceso de las mujeres a la educación y por mayores oportunidades.
Ambas mujeres contribuyeron a mejorar la situación de la mujer y de la sociedad. Sin embargo, no han sido destacadas por ciertos movimientos feministas, que, por el contrario, han destacado a Simone de Beauvoir como referente feminista, presentándola como una demócrata antinazi y luchadora por la libertad sexual, a pesar de su colaboración con el gobierno de Vichy, su defensa pública de la despenalización de la pederastia, y su condena y expulsión de la docencia por haberse evidenciado su propio caso.
El feminismo siempre ha pertenecido a todas las mujeres
El feminismo siempre ha sido plural, involucrando a mujeres y hombres de diferentes orígenes culturales, nacionalidades, orientaciones sexuales, ideologías políticas y creencias religiosas, entre otros. Aunque las contribuciones de muchas mujeres han sido silenciadas en el campo del feminismo, ciertas investigadoras enfocadas en lograr impacto social han presentado evidencia empírica sobre las contribuciones sustanciales de numerosas mujeres, a las que estas feministas han excluido, a la lucha y los avances en los derechos de las mujeres.
El feminismo dialógico enfatizó la necesidad de incluir todas las voces de las mujeres, particularmente aquellas que han sido más marginadas. Lidia Puigvert co-creó el término «otras mujeres» junto con mujeres adultas de entornos no académicos para describir a aquellas que han sido excluidas de los discursos que muchas académicas feministas han creado. Mujeres adultas de diversos orígenes, culturas, creencias e ideologías, y que nunca asistieron a la universidad, han liderado con éxito acciones educativas, que han tenido varios impactos sociales, incluyendo mejores resultados académicos, así como salud y bienestar, no solo para ellas sino también para sus familias y comunidades. Por ejemplo, las madres migrantes marroquíes y romaníes han participado en acciones educativas exitosas que han transformado las escuelas de sus hijos para promover una educación de calidad para todos los niños y crear espacios libres de violencia.
El feminismo, un movimiento en defensa de la igualdad y la libertad, pertenece a todas las personas que comparten estos valores, independientemente de sus creencias religiosas, políticas, orígenes, nivel académico u orientación sexual. Las mujeres de diversas religiones han reclamado su derecho a representar sus culturas, rechazando las directivas de las personas que, en nombre del feminismo, les dicen cómo deben vestirse.
Si bien se han logrado avances en el reconocimiento de las experiencias y aportes de las mujeres de todos los orígenes al feminismo y a la sociedad, sigue siendo urgente que algunos sectores feministas e investigadores adopten un enfoque más dialógico e inclusivo que reconozca a las mujeres de diferentes creencias políticas e ideológicas.
Investigación
Se realizaron tres encuestas con 442 participantes y cinco entrevistas comunicativas con educadores utilizando una metodología comunicativa.
Pese a que la muestra de la investigación fue pequeña y no se puede inferir de manera inequívoca que la invisibilización de Casilda Iturrizar se deba a motivos religiosos o políticos, los resultados revelaron que la mayoría de los bilbaínos desconocían las contribuciones de Casilda, y que las feministas y las instituciones ignoraban sus logros. Los hallazgos de las entrevistas comunicativas sugirieron que las contribuciones de Casilda han sido pasadas por alto, lo que contradice los esfuerzos recientes en educación para abordar la invisibilidad de las mujeres notables.
Ante estos hallazgos, los movimientos feministas y las instituciones educativas pueden tomar medidas concretas para integrar a figuras femeninas relevantes en sus marcos. Los movimientos feministas deben participar activamente en la revisión de las narrativas históricas, buscando y destacando las contribuciones de las mujeres que han sido marginadas debido a prejuicios políticos o religiosos.
Las instituciones educativas pueden incorporar las historias de estas mujeres en sus planes de estudios, no sólo en historia y estudios sociales, sino también en materias como el desarrollo urbano y el progreso social. Además, los museos, archivos y espacios públicos deben presentar exposiciones e información sobre estas figuras pasadas por alto para garantizar que sus historias se compartan con un público más amplio. Con estas acciones contribuiremos a una comprensión más inclusiva y precisa de la historia que honre las diversas aportaciones de todas las personas, asegurando que mujeres como Casilda Iturrizar sean reconocidas tanto en el ámbito académico como en el popular. De esta manera, el feminismo caminará hacia la representatividad de la amplia diversidad social, y todas las personas se sentirán identificadas con un movimiento que defiende la libertad y la igualdad sin excepciones.
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