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@UNDPMoldova

La guerra en Ucrania, más de tres años después de la invasión de Rusia, ha desencadenado una de las crisis humanitarias más preocupantes y graves de nuestro tiempo. Un contexto muy duro, de incertidumbre, pérdida y desplazamientos forzados en el que -como ya ha ocurrido en muchas otras ocasiones similares- también han aflorado gestos e iniciativas valientes de solidaridad femenina y apoyo mutuo que están ayudando a muchas mujeres víctimas de violencia,  a sobrevivir. 

Desde que comenzó el conflicto, millones de mujeres se han visto obligadas a abandonar sus hogares, separándose de sus familias y seres queridos. Muchas han huído con sus hijos e hijas a otros países, enfrentándose al reto de comenzar de nuevo en entornos desconocidos y, en algunas ocasiones, hostiles.

Algo que agrava el trauma del conflicto es la pérdida de redes de apoyo tradicionales. Sin embargo, incluso en este panorama tan desalentador han habido acciones y gestas lideradas por mujeres que buscan ofrecer ayuda psicológica, económica y emocional a quienes lo necesitan. Redes de apoyo basadas en la solidaridad femenina que no sólo permiten la supervivencia física, sino que también son una fuente de aliento y energía por la fortaleza colectiva que inspiran. 

Muchas mujeres ucranianas han creado grupos de ayuda tanto dentro como fuera del país, proporcionando refugio, alimento y asistencia legal a quienes han tenido que huir. En ciudades como Leópolis y Kiev, organizaciones locales han creado albergues y centros de recursos para desplazadas internas, en los que encuentran apoyo para reconstruir sus vidas. Por otro lado, a nivel internacional, las redes de mujeres refugiadas van cobrando fuerza. En Polonia, por ejemplo, se han organizado colectivos que ayudan a las ucranianas a encontrar empleo, aprender el idioma y acceder a servicios básicos. En Alemania y otros países europeos, iniciativas de voluntarias ofrecen asesoramiento jurídico y acompañamiento emocional, creando así una red de seguridad muy importante para las refugiadas. 

Las mujeres no sólo han sido víctimas de la violencia y el conflicto, sino también protagonistas en la resistencia y la reconstrucción. Muchas han permanecido en Ucrania, desempeñando roles cruciales en hospitales, escuelas y organizaciones humanitarias. Además, lideran iniciativas para la reconstrucción de comunidades que han sido devastadas por el terror de la guerra, promoviendo la paz y el apoyo mutuo. 

La solidaridad femenina se convierte en un recurso fundamental para la supervivencia. La resiliencia y la valentía son prueba de que, aún en los momentos más oscuros, la unidad entre mujeres puede ser un faro de esperanza y un motor para la reconstrucción de un futuro mejor. 

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