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Hoy entrevistamos a la Dra. Mar Joanpere tras conocer la excelente noticia de ganar el concurso para obtener el puesto de profesora universitaria. Un logro para todas las víctimas y supervivientes, puesto que fue la primera en ganar un caso de violencia de género en una universidad española. El Diario Feminista, que ya ha tenido casi 11 millones de visitas en diferentes países, ha estado, está y estará siempre a favor de las víctimas y para que todas sean supervivientes seguirá promoviendo los requeridos cambios legislativos y de las instituciones.

¿Puedes enumerar las represalias que han tratado de impedir que logres un contrato a tiempo completo?

Desde que denuncié el caso de acoso sexual que estaba sufriendo, siendo estudiante de Máster, los inputs que he recibido han sido que si me metía en “esto” mi carrera académica no progresaría nunca, especialmente cuando me convertí en la primera víctima en ganar un caso de acoso sexual en una universidad española. Incluso personas con altos cargos de responsabilidad en Igualdad en las universidades me han advertido que si seguía denunciando, nunca lograría una posición estable porque ninguna universidad me contrataría. Han sido exactamente diez años en una posición precaria y con estos mensajes desalentadores. Destacaría también todos los ataques recibidos que han tratado de minar mi imagen y especialmente la de las personas como Ramón Flecha, por haberse posicionado siempre a mi lado. Ataques a los que muchas veces, de forma injusta, he tenido que dar explicación o tratar de desmentir y que van creando una narrativa contra quienes se posicionan con las víctimas que afecta gravemente a la lucha contra el acoso en general pero también de forma particular en nuestras vidas y nuestros entornos más cercanos. Por último, destacaría las consecuencias directas de todo esto, que se ven reflejadas en la comodidad por parte de las universidades en preferir alguna de las personas que no alza la voz y que se mantiene sumisa que alguien que se posiciona con el compromiso de mejorar las propias instituciones universitarias.

¿Cómo lograste ser la primera víctima en ganar un caso en una universidad española?

Lo logré no porque yo sea especial, ni diferente a nadie, sino por el solo hecho de que a diferencia de muchas otras víctimas yo recibí un apoyo desinteresado, solidario e incondicional. Y gracias a esto, yo hoy sigo estando en la universidad. Los profesores Ramón Flecha y Marta Soler del CREA me mostraron su apoyo desde el primer instante cuando se dieron cuenta de la situación de acoso que estábamos sufriendo, sin ni siquiera haberme visto antes. Luego también la profesora Lídia Puigvert del mismo centro nos brindó todo su apoyo, siendo docentes del máster en el que estábamos sufriendo el acoso. No es casualidad que se encuentren entre los 10 primeros puestos del ranking de GoogleScholar en GenderViolence. Su determinación en apoyarnos me permitió contrarrestar todos los inputs que recibía por otras partes animándome a abandonar mis estudios o a mantenerme en silencio. Su apoyo era muy arriesgado y comprometido ya que desde hacía años estaban sufriendo Violencia de Género Aisladora por su posicionamiento, pero a pesar de esto, decidieron no dejarnos aisladas. Y de hecho, una vez más recibieron ataques. Tengo muy presentes conversaciones durante aquellos meses, especialmente con Flecha de quien recuerdo muy bien una llamada desde Bruselas que me cambió profundamente el miedo por esperanza, porque con su apoyo sentía que podíamos hacer cualquier cosa para acabar con aquella situación. Sin estas personas nunca habíamos pasado de víctimas a supervivientes.

El actual MeToo de periodistas está clarificando la impunidad que había en los medios que os atacaron. ¿Hay una relación causal entre ambos hechos?

Por supuesto, siempre que se ataca a las víctimas y a quienes las apoyan es porque hay mucho que esconder. Este caso es el mejor ejemplo, en 2016 algunos periodistas de los medios de comunicación de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales y otros se lanzaron en campañas difamatorias sin ningún tipo de prueba ni evidencia. Calumnia que algo queda. Trataron de silenciarnos y de eliminarnos a toda costa con ataques personales muy crueles. Ahora ya se sabía lo que todos imaginábamos, los medios que más nos atacaron estaban permitiendo con toda impunidad casos internos de acoso gravísimos que en estos momentos están ya saliendo a la luz gracias a la valentía de sus supervivientes. La relación causal es evidente, quienes más atacaron precisamente son quienes más en silencio están ahora ante las acusaciones del MeToo de periodistas.

Eres una de las más activas del MeToo Universidad a nivel mundial. ¿Qué estáis logrando?

Nuestro mayor logro a nivel mundial es la contribución sobre la Violencia de Género Aisladora (Isolating Gender Violence – IGV). Siempre se habla de los mecanismos de protección a las víctimas, pero nuestra aportación ha demostrado que no se pueden proteger a las víctimas si no se protege a las personas que les dan apoyo. Es imprescindible establecer mecanismos que protejan a quienes protegen acabando así con la IGV. Hemos desarrollado contribuciones pioneras en este sentido analizando las consecuencias de la IGV incluso en el ámbito de la salud. Gracias a estas contribuciones, hemos abierto puentes de diálogo con partidos políticos, movimientos sociales, entidades de todo tipo lo que nos ha permitido conseguir la primera legislación mundial en el Parlamento Catalán sobre Violencia de Género Aisladora, aprobada por unanimidad. Este logro ha abierto una puerta a la que se han sumado otros parlamentos como el del País Vasco, trasladando el debate a nivel internacional como es el caso de países como Brasil. Además, hemos impulsado un cambio en las asociaciones científicas con la incorporación de la prevención de la IGV en sus códigos éticos como en la European Sociological Association. Los logros para acabar con la IGV están creando contextos mucho más seguros para las víctimas porque cada vez más gente se siente protegida a la hora de dar apoyo y proteger a quienes más lo necesitan.

Ahora que estás de docente en la Julius Maximilians Universität Würzburg (Alemania) ¿has abierto camino también allí contra la VG?

Sí, de hecho, ya antes de llegar allí me reuní online con las responsables de la unidad de igualdad de la universidad, quienes tenían muchísimo interés de acoger en su universidad una persona representante del MeToo Universidad. Dos meses antes de mi llegada ya estábamos organizando encuentros y compartiendo propuestas con mucho entusiasmo, a diferencia de lo que normalmente me he encontrado en otros contextos. En los últimos cuatro meses hemos realizado más de cuatro encuentros con las responsables de igualdad, las técnicas de la oficina de igualdad, las responsables de igualdad de las distintas facultades, etc. con el fin de establecer mecanismos de colaboración, ver cómo pueden incorporar aspectos como la IGV en la elaboración de su protocolo y compartir mecanismos efectivos en la atención a las víctimas. Han acogido el MeToo con un sentimiento de orgullo en esta colaboración, dedicando todas las actividades oficiales de la universidad a dar voz al MeToo Universidad con distintos actos preciosos y muy profundos. Estos diálogos han permitido por ejemplo que haya podido intervenir a petición suya en la resolución de un caso de acoso por parte de un estudiante o que la totalidad de estudiantes hayan recibido un mensaje por parte de la unidad de igualdad informándoles de la problemática del acoso en el contexto universitario y dónde pueden recurrir si conocen o sufren algún problema en este sentido. A estos diálogos y esta co-creación de propuestas le sumaría la determinación de algunas decanas de la universidad a encontrar formas de colaboración para acabar con lo que ellas llaman “el poder malentendido” o el abuso de poder en cuestión de acoso. Muchas universidades niegan el diálogo con el MeToo por miedo a verse cuestionadas, Würzburg inteligentemente ha actuado como lo hacen las universidades más punteras del mundo, abriendo sus puertas al diálogo y la colaboración para ofrecer las mejores soluciones.

Eres una víctima superviviente, una ganadora, ¿en este tema, al final ganan las buenas?

Si me siento especialmente feliz por haber ganado es porque considero que esto da esperanza a muchas otras chicas que se sientan en la misma vulnerabilidad que me he sentido yo cuando te enfrentas a algo tan grande. Veo este logro como una victoria colectiva de la bondad y de la valentía porque demostramos que las cosas pueden cambiar y ya las estamos cambiando. Yo diría que quien gana aquí es la solidaridad. Sin la solidaridad que he recibido, no habría ganado. Gana el compromiso por seguir cambiando las cosas a través de la bondad y la verdad. Quienes deciden mirar para otro lado, no actuar e incluso atacar cada vez más van a quedar marcadas para siempre, y esta victoria lo demuestra.

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