La comunicación sobre el consentimiento sexual entre los y las jóvenes es una preocupación crucial para prevenir la violencia de género en nuestra sociedad actual. Aunque las campañas de concienciación sobre el consentimiento sexual (SCAC) son relevantes en distintos formatos, suelen centrarse en actos de habla, dejando de lado otros elementos importantes identificados en la literatura científica. Según la Teoría de los Actos Comunicativos, la coerción puede derivarse de tres fuentes de poder: físico, institucional e interactivo. Mientras que los dos primeros han sido ampliamente estudiados, el poder interactivo que integra dinámicas sociales y comunicativas ha recibido menos atención. Las SCACs lo han abordado de manera limitada, ofreciendo pocos ejemplos específicos que permitan a las y los jóvenes identificar y prevenir estas situaciones de coerción.
En este contexto, el artículo titulado Youth Voices Participating in the Improvement of Sexual Consent Awareness Campaigns, publicado en la revista científica “Sexes”, tiene como objetivo mejorar las campañas de sensibilización sobre el consentimiento sexual al integrar las voces juveniles y la evidencia científica. La investigación combinó un análisis de contenido de 23 campañas internacionales y nacionales (2011-2022) con trabajo de campo en España, involucrando a 77 jóvenes de entre 18 y 25 años y 24 profesionales de campos relacionados con la educación y la prevención de la violencia de género. La metodología empleada en el trabajo de campo fue la Metodología Comunicativa (MC) que favorece el diálogo igualitario entre personal investigador y participantes para recoger y analizar perspectivas mediante técnicas como historias de vida y grupos focales.
En cuanto a los principales resultados, se destacan los siguientes:
- Las campañas deben basarse en evidencia científica reciente para abordar la comprensión del consentimiento sexual.
- Es fundamental incluir ejemplos concretos sobre el discurso coercitivo y el poder interactivo para facilitar su identificación.
- Se necesita promover el rol de Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM) como agentes activos en la prevención de la violencia sexual, haciendo que su postura contra la violencia sea visible y atractiva en la sociedad.
La investigación demuestra que involucrar a jóvenes y profesionales en el diseño de campañas basadas en evidencia científica mejora significativamente su eficacia. Las SCACs deben evolucionar hacia un enfoque más inclusivo y contextual, ayudando a prevenir la violencia de género y fomentando relaciones afectivas saludables y respetuosas. Incorporar masculinidades alternativas y ejemplos concretos de coerción y poder interactivo son pasos fundamentales para que estas campañas sean más efectivas y relevantes para los y las jóvenes.
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