Esta semana se ha conocido el proceso judicial en el que un ex agente de la policía metropolitana de Reino Unido, descrito como una persona con doble personalidad, cometió crímenes atroces. El tribunal supo que este agente, Adam Provan, de 44 años y residente en Newmarket, Suffolk, fue declarado culpable en junio de múltiples cargos de violación. Había agredido sexualmente a una chica de 16 años y a una colega. Sorprendentemente, había almacenado información sobre más de 700 mujeres en su teléfono.
Los delitos abarcaron varios años: Provan violó a una compañera de policía seis veces entre 2003 y 2005, y agredió sexualmente dos veces a una adolescente a la que había conocido en una cita a ciegas en 2010, tras haber falseado su edad. Estos delitos fueron cometidos mientras prestaba servicio en la unidad de mando de la zona este de la Policía Metropolitana.
Provan fue declarado culpable de violar a la adolescente de 16 años en un nuevo juicio en 2018 y fue condenado a nueve años de prisión. Sin embargo, apeló con éxito la condena, lo que condujo a un tercer juicio en mayo en el que se añadieron seis nuevos cargos de violación, que abarcaban delitos anteriores.
Durante la reciente vista de sentencia en el Tribunal de la Corona de Wood Green, en el norte de Londres, salió a la luz el extenso historial de conducta depredadora de Provan. La acusación, dirigida por Anthony Metzer KC, argumentó que Provan había explotado su posición como agente de policía para ganarse la confianza de mujeres jóvenes, mostrando rasgos que recordaban a un personaje de «Jekyll y Hyde». Metzer señaló un largo historial de acusaciones de conducta sexual inapropiada que se remonta a la década de 1990, incluidos incidentes de acoso, que culminaron finalmente en la violación de la joven de 16 años, como informa The Guardian.
Este caso, como otros parecidos dentro de los cuerpos de seguridad, abre el debate público de qué hacer para erradicar esta seguridad y poner a salvo a las mujeres polícias y a la ciudadanía en general.
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