Así como la pandemia y la urgencia en contenerla hizo que otros temas de igual importancia (como los abusos a niños/as y adolescentes, la violencia de género, el abandono de personas mayores, etc.) quedasen en un segundo lugar agravando su situación, en Ucrania está sucediendo con la violencia de género.
Según fuentes de Reuters, aunque los casos registrados de violencia de género tras la invasión rusa en febrero de 2022 disminuyeron, debido a la urgencia de la huida de muchas personas, en estos momentos la situación ha cambiado.
El retorno a antiguos hogares o reasentamiento en lugares nuevos, ha disparado los datos de casos de violencia de género. En los cinco primeros meses del 2023, los casos registrados aumentaron un 51% en comparación al mismo periodo en el 2022. Además de superar en más de un tercio el récord anterior de 2022 (relacionado con el confinamiento durante la pandemia). La policía registró 349.355 casos de violencia doméstica entre enero y mayo de 2023, frente a los 231.244 del mismo periodo de 2022 y los 190.277 de los cinco primeros meses de 2021, según los datos de Reuters.
Las personas expertas consultadas por esta fuente, apuntan a diversos factores. Por un lado, el aumento de tensión en el día a día, las dificultades económicas, el desempleo y los traumas relacionados con la guerra. Por otro lado, los recursos estatales de atención a la detección y atención de víctimas de violencia de género se han visto disminuidos por la necesidad de inversión en la situación que está generando el conflicto bélico.
Estos hechos ponen a las mujeres en una situación de vulnerabilidad mucho más alta de lo que incluso los datos muestran. Ya que centros de apoyo a supervivientes de violencia de género informan que tan solo un 35% de las mujeres atendidas presentaron denuncias ante la policía.
Ninguna situación que viva un país o las personas que se encuentran el frente del combate, deben poder justificar o minimizar las situaciones que viven las mujeres ante la violencia de género. Por lo que es necesario no olvidar, en ninguna situación, la situación ante la que se enfrentan niños/as, adolescentes y mujeres para poder combatir posibles situaciones de violencia.
