BBC News ha realizado un reportaje para dar voz a una de las más de cuarenta víctimas de violencia ginecológica sufrida mientras se encontraba detenida en el Irwin County Detention Center (centro de detención en el condado de Irwin).
Wendy quien vivió en los estados unidos por más de veinte años sin permiso de residencia, fue detenida por ICE una mañana y trasladada al centro de detención. Ella que sufría de intensos dolores menstruales solicitó ayuda médica. Tras la humillación de ser atendida, en las condiciones normales de una visita ginecológica, pero en presencia del personal de gendarmería y sin cuidar de la privacidad de la paciente, el diagnóstico médico fue que Wendy tenía quistes.
Según la Dra. Sara Imershein obstetra, preseidenta del colegio de on¡btetras y ginecólogos de Washington DC, quien lleva el caso de Wendy, este diagnóstico es muy común y suele tener fácil solución con tratamiento médico. Sin embargo, en su caso, el médico decidió que debía tener cirugía de manera inmediata y la realizó sin un consentimiento informado. A partir de este momento Wedy perdió el control de su cuerpo y fue trasladada al hospital para hacerle cirugía de los lo que se transformó en una serie de malas prácticas realizadas sin su consentimiento. No supo qué le hicieron. Despertó nuevamente en el centro de detención con tres vendajes en el estómago, adolorida y sin saber que le había sucedido.
Posteriormente, el Dr. Armin, médico que llevó su caso, quiso convencer a Wendy de que tenía cáncer y que era necesaria una segunda operación, pero ella se negó a que le hicieran una nueva intervención sin antes tener resultados de una biopsia, este requerimiento le costó el encierro en la zona aislada del centro.
Docenas de mujeres como Wendy han testificado haber sido víctimas de procedimientos ginecológicos innecesarios e invasivos sin su consentimiento
Wendy fue deportada en mayo de 2020 y desde su ciudad natal da su relato de lo ocurrido “Si hubiera sabido la mitad de las cosas que me pasarían en América no habría venido, vine cuando tenía 26 años arrancando de la violencia en Jamaica, justo después de la muerte de mi hermano, pero si hubiera sabido lo que me harían aquí, jamás hubiera venido.”
La Dra. Imerchai, junto con un equipo de cinco especialistas recibieron el encargo de revisar los casos de las mujeres afectadas por las malas prácticas. Asegura que el historial médico de la paciente presenta inconsistencias e irregularidades y que tenía las trompas ligadas, lo que se habría realizado en la primera cirugía.
En diciembre 2020 más de 20 mujeres testificaron para presentar una demanda en conjunto. Ahora luchan, de la mano de manera solidaria con las profesionales del colegio de obstetras y ginecólogas por los derechos de las mujeres que han sido detenidas, para erradicar estas prácticas y para compensar aquellas que ya han sido víctimas.
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