Que la educación es uno de los pilares fundamentales para una sociedad ya es bien conocido. Que invertir recursos en investigación que avale las mejores prácticas educativas debe ser un ítem prioritario desde todos los puntos de vista, empezando por el político, por la comunidad y por la familia, también debe marcar la agenda social y política. Sin educación, sea desde los cero años, sea ya en edades adultas, pocas veces podemos decidir libremente el qué, el cómo y el porqué de nuestras vidas. La educación ofrece alternativas de mejora y es donde empieza todo.

En el artículo Interactive Learning Environments for the Educational Improvement of Students With Disabilities in Special Schools, publicado en “Frontiers in Psychology”, las autoras remarcan la importancia de llevar a cabo unas actuaciones educativas que respondan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se basen en evidencias científicas que la comunidad científica internacional haya validado por el impacto social generado. Concretamente, su análisis ahonda en los beneficios que un entorno de aprendizaje de calidad ofrece al alumnado con necesidades educativas especiales. Para demostrarlo, se realizó un estudio en una escuela de educación especial para poder observar la manera con la cual se podrían crear mejores oportunidades de aprendizaje para los y las estudiantes. En el trabajo de campo participaron 36 estudiantes con edades entre los 6 y los 14 años y profesorado y se observó que la transformación del entorno en uno basado en la interacción beneficia al alumnado, aumenta su rendimiento académico, ofrece un aprendizaje de alta calidad y relaciones seguras y de apoyo y promueve la inclusión social y educativa.

Una vez más se demuestra la riqueza de la diversidad que brinda el formar grupos heterogéneos para aprender. Además, queda de manifiesto que la implicación de personal adulto para dar apoyo en los grupos interactivos beneficia al alumnado al promover las interacciones entre iguales. También se señala que el nivel académico a la hora de enseñar a alumnado NEE no se debe bajar, sino que basta con unas adaptaciones de formato, explicaciones previas y preparación de las actividades, sin perder de vista que son los niños y las niñas los que se beneficiarán con ello. 

Es increíble ver cómo el alumnado con NEE consigue superar dificultades y encuentra una manera de ayudar a los y las demás colegas. La educación de calidad, basada en evidencias científicas con impacto social, no deja a nadie atrás.

 

Secciones: subportada

Si quieres, puedes escribir tu aportación