Una de las grandes finalidades de cualquier sociedad es la protección de los menores, por lo que en ellos se deposita el ideal de futuro, de sueño y de sentimientos. No obstante, para conseguir este objetivo es indispensable construir redes de solidaridad que abran puertas y que permitan prevenir y reducir los espacios de vulnerabilidad y de invisibilidad.
Los organismos internacionales tienen muy presente este horizonte y se han propuesto ampliar los mecanismos legales y de control sobre este tema. Si tenemos presente que, según los datos existentes, uno de cada cinco niños y niñas (One in five) es víctima de abusos sexuales, es vital que se pongan en marcha todas las estrategias y sistemas posibles de protección.
Las Masculinidades Alternativas tienen muy presente esta necesidad imperiosa de protección. Desde la perspectiva de posicionamiento contra cualquier tipo de violencia, propio de las NAM, muchos hombres han estado comprometidos y activos ante esta lacra del abuso infantil. Actualmente, lo hacen desde tres aspectos clave: la prevención, la actuación clara y contundente cuando se conoce algún caso y el apoyo incondicional a las víctimas.
Cuando un hombre, en el momento en que un caso se hace público por la propia víctima o por los medios, rompe la ley del silencio o se posiciona para mostrar el rechazo más intenso hacia la persona agresora y para reclamar el respaldo social hacia la víctima, sabe que esa postura puede conllevar repercusiones en forma de acoso sexual de segundo orden por defender y apoyar a las víctimas, en familias, entornos de trabajo o círculos sociales. Sin embargo, esto no supone un impedimento para las NAM, ya que este tipo de valentía, en defensa de la razón y los valores humanos, corresponde a una de sus singularidades que, además, les dota de atractivo.
En este diario tenemos ejemplos excelentes y claros de artículos que nos muestran cómo el posicionamiento y el apoyo, que desde la investigación se llama bystander intervention o upstander, promueve tanto efectos de prevención de situaciones de riesgo como de mejora en casos de acoso, violencia de género, bullying y también ante los abusos sexuales a la infancia. Las masculinidades alternativas colaboran en este tipo de acciones con su valor y fuerza exenta de violencia, por la defensa de los derechos humanos en todos los entornos y por la creación de espacios de protección en muy diferentes ámbitos.
Es esta una lucha intensa, profunda, en ocasiones silenciada, y muy clave en la sociedad actual en la cual las masculinidades alternativas forman parte intensamente. Las NAM, junto a todos y a todas los que lo deseen, quieren esforzarse para que se pueda permitir que los sentimientos, los sueños y el futuro de todos los niños y las niñas esté garantizado, con libertad y con el horizonte de las mejores relaciones personales, sociales y afectivas.
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