Qué bonito es pertenecer a un pueblo de honor, respeto, solidario, lleno de alegría, con capacidad de resistencia y superación en las adversidades, un pueblo que lleva por bandera y pone en valor a la familia sobre todas las cosas.
Características que, en estos días de estado de alarma sanitaria, de miedos e incertidumbre sobre el futuro, me alegra ver que el resto de la sociedad está recuperando y replicando. Poniendo en valor sin darse cuenta, el sentir y buen hacer propio del Pueblo Gitano. Porque las cosas más sencillas son las que de verdad importan. Qué razón tenían mis mayores cuando decían: “¡lo bueno le gusta a todo el mundo!” Hoy, más que nunca, esa frase cobra sentido.
Porque estos días no entienden de países, etnias, población pobre o rica, solo de seres humanos, de personas que hacen el bien aportando lo mejor de sí como Raquel, gitana estudiante de medicina, que contrajo la COVID-19 mientras cuidaba de sus pacientes, o Luisa y Chele que junto a varias familias gitanas no dudaron en poner en marcha un banco de alimentos para ayudar a casi 50 familias de su barrio en situaciones muy precarias, sin importar el origen de estas. Estos solo son dos ejemplos de los muchos gitanos y gitanas que están ayudando y aportando su granito de arena para vencer esta pandemia global que nos afecta a todas las personas por igual.
¡Y qué difícil es ser una persona gitana y cuánta paciencia hemos de tener…!
Hay otros males, globales también, para los que no hay una vacuna que los pueda erradicar. No son otros que el antigitanismo, el racismo y la ignorancia. Porque hay que ser muy ignorante y tener muy poco de ser humano para aprovechar esta situación para arremeter contra familias gitanas y avivar odios absurdos. Los hechos que han sucedido en Karrantza a la familia de Elvira no se pueden tolerar. Como tampoco los brotes de antigitanismo y racismo que estamos padeciendo en diferentes puntos del territorio español, así como en otros países de la Unión Europea.
Todo nuestro apoyo a Elvira y su familia, que representan a todas las familias gitanas que están padeciendo este acoso que se suma al estado de sufrimiento al que estamos sometida toda la sociedad por la pandemia. ¡No es justo!
Desde la Asociación Gitana de Mujeres Drom Kotar Mestipen deseamos que pronto se encuentre la vacuna contra COVID-19 y volvamos a vivir con normalidad y salud. De la misma forma que esperamos que se encuentre “la vacuna” contra el antigitanismo y que los doce millones de gitanos y gitanas en el mundo podamos vivir en paz y en igualdad.
Mientras llegan estas vacunas, no estaría mal que generemos solidaridad, justicia y calidad en nuestras relaciones.
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