El pasado 26 de setiembre la ciudad norteña de Rouen, Francia, despertaba con un cielo encapotado y una gran columna de humo gris por el incendio que tuvo lugar en la industria de aditivos para aceites combustibles y pinturas industriales Lubrizol, según informó euronews. Debido a la alta peligrosidad de los hidrocarburos desprendidos al aire como elemento contaminante las autoridades tomaron medidas de prevención evacuando a todos aquellos que estuvieran en un radio de 500 metros y se dio aviso al resto de permanecer en las casas y evitar el contacto con el humo.
Sin embargo, tan solo poco más de un mes después, se han detectado los primeros casos de personas afectadas por contaminación de hidrocarburos: las madres en periodo de lactancia. De acuerdo con un estudio a nueve madres realizado por el hospital universitario de Limoges y solicitado por la abogada Saliha Blalouz, se han hallado rastros de hidrocarburos – moléculas de etilbenceno, tolueno y xileno- en la leche materna y en la orina de nueve mujeres, de acuerdo con las informaciones de sciences et avenir. Las mujeres participantes, de entre 25 y 35 años, están embarazadas o han sido recientemente madres.
Al día siguiente del terrible suceso en el que se calcinaron más de 5.250 toneladas de material químico, gasolina y aditivos, las autoridades en materia de salud afirmaron que no había ningún riesgo para las madres en periodo de lactancia. Pese a no ser resultados contundentes, resultan poco tranquilizadores los obtenidos hasta el momento.
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