Desde hace algún tiempo las organizaciones de asistencia a mujeres maltratadas reciben llamadas inusuales, según informa BBC News. La tecnología inteligente en los hogares (conocida en inglés como smart home technology) fue ideada para hacernos la vida más cómoda y segura, pero se ha convertido en un arma que usan muchos maltratadores para torturar a sus parejas.
Graciela Rodríguez, que se encarga de un refugio para mujeres en California, contó recientemente en el New York Times que las mujeres les dicen que están perdiendo el control sobre sus propias casas y que, al tiempo de estar allí, se dan cuenta que están siendo maltratadas.
Hasta ahora la forma más tradicional de abuso tecnológico tenía que ver con el acoso a través de mensajes instantáneos, correos electrónicos o publicaciones en redes sociales. Pero ha surgido una forma de abuso: hacer sentir que la víctima se está volviendo loca en su propia casa, lo que se conoce como Gaslighting del siglo XXI. Este término no es nuevo, se inspiró en el título de una película protagonizada por Ingrid Bergman en 1944, donde la mujer es manipulada por su marido hasta que pierde la cordura.
Ahora la tortura se puede hacer desde un teléfono móvil controlando las partes de una casa como, por ejemplo, el código de seguridad, la temperatura, las luces, el timbre, las cámaras de seguridad… El control se utiliza para ejercer una relación de poder y de maltrato.
Según Alan Woodward, de la Universidad de Surrey, experto en seguridad cibernética, es importante saber controlar estos dispositivos porque de lo contrario puede hacer que una víctima de abuso se sienta pequeña.
Mientras las autoridades analizan cómo abordar esta problemática novedosa, los expertos en abuso doméstico tienen un consejo para las víctimas: informarse. Algunas organizaciones publicaron una lista, que incluye a Privacy International (Privacidad Internacional) y al University College de Londres y aclararon que fue creada para “informar mejor y orientar a las víctimas del abuso facilitado por la tecnología, así como a quienes trabajan con ellas”.
Esta es nueva forma de acoso que aún no está claramente tipificada en la legislación pero, mientras tanto, un primer paso es saber identificarla para poder iniciar otros pasos con el fin de salir, si se quiere, de este tipo de maltrato.
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