Coincidiendo con la protesta de muchas organizaciones y ayuntamientos en las plazas de pueblos y ciudades bajo el lema “Yo sí te creo”, se comete el último asesinato en Vinaròs. A las puertas de la conmemoración del Día para la Eliminación de la Violencia de Género, otra vez se repite el mismo patrón: el presunto asesino mata a la víctima y tras esto acaba con su vida. Katherina tenía unos 30 años. Del presunto agresor de unos 40 años de edad, se sospecha que viajó desde Alemania para realizar el crimen. Parece ser que le ha disparado desde la cancela de la casa y más tarde se ha suicidado. Los hechos han ocurrido sobre las 7:20 horas, se ha recibido la noticia en el centro de información y coordinación de urgencias y se ha desplazado la unidad de SAMU; cuando ha llegado solo ha podido confirmar los fallecimientos. La Guardia Civil ha abierto una investigación, no hay antecedentes ni denuncias previas.
Con la muerte de Katherina ascienden a 44 las víctimas mortales durante el 2017, y es la sexta en la Comunidad Valenciana. Desde el 2003 son 917 las mujeres y 185 los niños y niñas asesinados. Pero la ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género recoge la violencia, sea física o psicológica, que hace el hombre sobre su pareja o expareja, por lo que en estos datos no se incluyen los casos de violencia cometida por agresores sin relación directa con la víctima.
Cada vez se hace más evidente la necesidad de afrontar esta realidad desde otros puntos de vista, y con una mayor contundencia. Todo esto es la punta del iceberg, la visualización más evidente de tantas violencias silenciadas. Cada día es más vital trabajar la prevención de la violencia. Un ámbito de intervención clave es la escuela: hace falta que los docentes tengan formación y herramientas para desmontar el atractivo hacia el violento y para trabajar la elección con el fin de tener relaciones igualitarias, amorosas y apasionadas.
