Según una reciente publicación del Harvard Health Publishing, el Dr. Thomas Frieden, director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades explica que la simple actividad de caminar es “lo más cercano que tenemos a un medicamento maravilla”. El informe “Walking for Health” [Caminando para la Salud] recoge las últimas evidencias en este sentido. Según afirma su equipo investigador, caminar durante 2,5 horas a la semana (solo 21 minutos al día), puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas en un 30%. Además, también se ha demostrado que esta actividad reduce el riesgo de diabetes y cáncer, reduce la presión arterial y el colesterol, y nos mantiene mentalmente en forma.

Como también ha publicado el Diario Feminista anteriormente, hay deportes específicos que pueden influir más en la reducción del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, pero lo importante es estar activas y ser constantes en ello. De esta manera, la actividad física que implica caminar puede tener un mayor impacto en la disminución del riesgo de enfermedades. Además, no implica gastos extra y, según Harvard, “prácticamente no tiene efectos secundarios negativos”.

Diferentes estudios han demostrado algunos de los beneficios que tiene esta simple actividad física, realizada de manera moderada y constante.

Se reduce la obesidad. Según un estudio de la Universidad de Utah (Estados Unidos) publicado en el 2013, se demostró que con cada minuto de caminata rápida al día las mujeres participantes redujeron un 5% el riesgo de padecer obesidad.

Reduce el azúcar. Otro estudio de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) demostró que caminar después de cada comida reduce los niveles de glucosa en un 12%, mejorando la salud de las personas que padecen diabetes de tipo 2.

Beneficia a la familia. El informe Walking for Health también incluye evidencias en este sentido. Salir a dar un paseo con los hijos e hijas después de cenar también se ha demostrado que es una manera de mejorar la comunicación, reduce el posible mal comportamiento, lo que se refleja también en el mejor rendimiento académico.

Mejora nuestro humor. Caminar ayuda también a mejorar nuestro humor y ánimo. Según varios estudios, uno de ellos publicado por la revista Scientific American, “las mujeres que realizaban 150 minutos de ejercicio moderado (golf, tenis, clases de aeróbicos, natación o baile de línea) o 200 minutos de caminata cada semana (unos 28 minutos al día) tenían más energía, socializaban más, se sentían mejor emocionalmente y no estaban tan limitadas por su depresión cuando los investigadores dieron seguimiento después de tres años”.

Fortalece la comunidad. Otro análisis ha demostrado que caminar es también una actividad que mejora la sociedad: cuanta más gente salga a la calle a caminar, más se reduce la tasa de delincuencia y mejora la economía local.

Visto cómo mejoraría nuestra salud caminando, no queda otra que encontrar unos minutos al día para invertir en nuestra salud; por ejemplo, plantearnos dejar el coche aparcado un poco más lejos o bajar en la parada de metro anterior a la habitual.

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