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Randi Olsson Haave// Foto de Mads Wang-Svendsen

Gjøvik, Noruega – Aunque todos quieren una atención sanitaria de calidad, definir y medir qué constituye esa calidad no es tarea sencilla. Así lo plantea Randi Olsson Haave, investigadora de doctorado en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), quien ha explorado cómo se evalúa la calidad en los servicios municipales de salud y atención en Noruega, según publica Eurekalert.

Actualmente, se utilizan indicadores cuantitativos como los tiempos de espera o el seguimiento médico. Sin embargo, Haave destaca que estas mediciones no reflejan lo que realmente importa a los usuarios: el trato humano y la conexión interpersonal.

Su investigación revela que los residentes de centros de cuidado valoran profundamente ser vistos y tratados como personas. “Hay cuidadores que son como rayos de sol. Es como recibir una píldora mágica cuando entran por la puerta”, comentó un residente entrevistado. Otro agregó: “Por favor, acaríciame la mejilla. Que me vean como persona significa muchísimo”.

Pese a que desde hace más de una década se exigen reportes anuales de calidad, aún existe gran incertidumbre sobre los resultados, debido a prácticas de registro inconsistentes y fusiones municipales. Además, los indicadores no incluyen la experiencia del paciente ni su satisfacción.

Haave concluye que no se trata de eliminar los indicadores actuales, sino de complementarlos con métodos que capturen lo que estos no logran medir: la experiencia vivida del cuidado. Escuchar a las personas usuarias y desarrollar nuevas herramientas es esencial para avanzar hacia una atención realmente centrada en la persona.

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