
La adopción en 2019 del Convenio sobre la violencia y el acoso (nº 190) y su Recomendación complementaria (nº 206) por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se trazó el marco legal que permite abordar y erradicar lacra en los entornos de trabajo. Estos instrumentos internacionales han sido clave para que los sindicatos y las organizaciones laborales movilicen iniciativas, estrategias y negociaciones enfocadas en crear entornos laborales más seguros, inclusivos y libres de violencia.
El último informe publicado recopila iniciativas y estrategias de los sindicatos para prevenir, abordar y eliminar la violencia y el acoso en el ámbito laboral. Se enfoca en las medidas introducidas desde la adopción del Convenio sobre Violencia y Acoso (No. 190) y la Recomendación (No. 206) en 2019. Destaca las respuestas a los aumentos de violencia durante la pandemia de COVID-19 y cómo los sindicatos adaptaron sus negociaciones para incluir estos problemas. El informe tiene dos partes: la primera presenta ejemplos de estrategias sindicales, y la segunda incluye tres apéndices con ejemplos concretos relacionados.
El Convenio nº190 define la violencia y el acoso en el ámbito laboral de manera integral, incluyendo no solo actos físicos, sino también abuso psicológico, económico, sexual y cualquier otra forma de intimidación. Se trata de una definición amplia que reconoce el impacto desproporcionado que tienen los abusos en mujeres, personas LGTBQ+, trabajadores migrantes y otros grupos vulnerables. Por otro lado, la Recomendación nº 206 complementa el Convenio proporcionando directrices sobre cómo los Estados y personas empleadoras deben implementar políticas de prevención, de respuesta y reparación. Las orientaciones se centran en promover el diálogo social y la inclusión de la voz de las personas trabajadoras en la creación de soluciones efectivas.
A través de campañas de sensibilización, cabildeo y presión política, se ha ido logrando que numerosos países avancen en el proceso de su ratificación, integrando el Convenio en sus legislaciones nacionales. Un ejemplo destacado ha sido la campaña global ¡Fin a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo! Una iniciativa ha tenido un impacto significativo en la ratificación del Convenio en países de América Latina, Europa y África. La negociación colectiva, la formación y educación dirigida tanto a personas empleadoras como trabajadoras, los mecanismos de denuncia y protección y el fortalecimiento del diálogo social han sido estrategias muy eficaces a la hora de asegurar la implementación efectiva del Convenio y la Recomendación.
Sin embargo y a pesar de todos los avances que se han ido consiguiendo, la Organización Internacional del Trabajo recuerda que persisten desafíos significativos. En muchos países, especialmente en aquellos con sistemas laborales débiles o en crisis, la falta de recursos y la resistencia por parte de algunos empleadores dificultan la creación de entornos de trabajo libres de acoso. Desde la adopción del Convenio nº 190 y la Recomendación nº 206 se han mejorado las condiciones laborales de millones de personas, la implementación efectiva de estos instrumentos depende de la cooperación entre gobiernos, personas empleadoras y trabajadoras, así como del compromiso contínuo para garantizar que éstas últimas, independientemente de su situación o condición, puedan trabajar en un entorno seguro y libre de violencia.
👀 Visitas: 103
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Facebook
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva) LinkedIn
- Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva) X
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva) Telegram
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva) WhatsApp
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva) Imprimir
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva) Reddit
- Más