
La violencia de género es un problema grave que afecta a las niñas en todo el mundo, limita su acceso a la educación y su desarrollo integral. A finales de julio, la revista científica The Lancet publicaba el artículo Violence to resilience: structural change to protect adolescent girls (De la violencia a la resiliencia: un cambio estructural para proteger a las adolescentes) en el que se aborda la violencia a la que se enfrentan las adolescentes y se propone un cambio estructural para protegerlas y fomentar su resiliencia. El estudio destaca la necesidad de estrategias multisectoriales que hagan frente a la violencia física y sexual, sino también las desigualdades sociales y económicas que perpetúan esta situación.
En este sentido, una de las principales conclusiones hace referencia a la importancia de realizar intervenciones tempranas, como pueden ser los enfoques educativos y de apoyo a las familias, a través de los cuales transformar las normas de género dañinas desde una edad temprana. Además, se subraya la urgencia de involucrar a la comunidad, incluyendo líderes religiosos y organizaciones locales, para crear un entorno más seguro y equitativo para las jóvenes. Estas acciones se entienden como claves para romper el ciclo de violencia y permitir que las niñas alcancen su pleno potencial.
Si bien estas aportaciones están en consonancia principalmente con la evidencia científica de involucrar a toda la comunidad en la prevención de la violencia, la clave es incorporar aquellas evidencias científicas de impacto social que garantizan su prevención con los mejores resultados. Como ejemplo, la contribución científica que más está mejorando las vidas de las chicas y los chicos es teoría de la socialización preventiva iniciadas y desarrolladas por Jesús Gómez, Lidia Puigvert y Ramón Flecha, o las actuaciones de éxito Modelo Dialógico de prevención de conflictos o el Club de Valientes. Violencia 0. Incluir la voz de toda la comunidad (incluyendo toda la diversidad, religiosa, opciones de vida, políticas, orientación sexual, etc) y crear espacios de diálogo igualitario hacia el objetivo común, así como la necesidad de incluir la socialización del lenguaje del deseo hacia lo no violento también se recoge en La Sociedad Dialógica de Ramón Flecha. No sólo es una cuestión de concienciación (lenguaje de la ética) sino de promover el cambio desde el lenguaje del deseo y al tiempo que rechacemos la violencia, carguemos de atractivo las actitudes upstanders. Contribuciones claves para transformar la socialización en la atracción a la violencia de las y los jóvenes y que construyan desde los 0 años, relaciones libres e igualitarias en las que no haya violencia de género o violencia de género aisladora.
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