La violencia contra las mujeres es una realidad presente en toda Europa y una grave amenaza para la salud pública en todo el mundo. Estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud ponen de manifiesto que casi un tercio de todas las mujeres que han estado en una relación han experimentado violencia física y/o sexual. Afortunadamente, se está invirtiendo en generar conciencia sobre este problema a nivel internacional y para una amplia variedad de público. Sin embargo, es importante identificar los factores subyacentes, para así saber qué acciones podrán contribuir a evitar que las niñas, adolescentes y mujeres se conviertan en víctimas.
El artículo Girls’ perceptions of boys with violent attitudes and behaviours, and of sexual attraction, publicado en la revista científica ‘Humanities and Social Sciences Communications’, presenta un estudio en el que se aportan datos del proyecto de investigación cuasi-experimental “Free Teen Desire”, diseñado para recopilar datos cualitativos que respaldan investigaciones previas la victimización por violencia de género que vincula la atracción con chicos con actitudes y comportamientos violentos. Los datos se obtuvieron a través de la realización de encuestas a adolescentes de entre 13 a 16 años de edad, en diferentes centros de Educación Secundaria europeos, en Inglaterra, España, Chipre y Finlandia.
El estudio pretendía identificar las preferencias de las jóvenes adolescentes hacia perfiles de chicos violentos o no violentos y, en concreto, para qué tipo de relaciones (si esporádicas o estables), eligen un perfil u otro.
En una primera aproximación, los resultados mostraron que los perfiles no violentos eran más escogidos que los violentos. Sin embargo, al ser analizados los datos de forma disgregada por tipo de hombres (violentos versus no violentos) y tipo de relación afectivo sexual (ligue versus estable), surgieron patrones relacionados con la elección de chicos violentos específicamente para ligues esporádicos, un dato relevante a la hora de diseñar campañas de prevención de la violencia de género.
Las evidencias previas obtenidas a la luz del enfoque de socialización preventiva nos proporcionan una visión más amplia de cómo el discurso coercitivo dominante influye en este tipo de elecciones, llevando a las chicas a vincular el atractivo a personas violentas con las relaciones esporádicas, mientras que las relaciones libres de violencia se perciben como “convenientes” pero no emocionantes. En este sentido, lo que las campañas de prevención deberían de enfatizar es qué tipo de persona elegimos, y no tanto el tipo de relación ya sea esporádica o estable.
Una segunda tendencia observada fue que las adolescentes relataban mayores preferencias por perfiles violentos cuando hablaban de terceras personas, como “otras chicas” o “sus amigas”, identificando claramente las relaciones discordantes en las demás personas más que en las propias. Esto lleva a otra área a la hora de trabajar en la prevención efectiva de la violencia de género, el reconocer potenciales situaciones de riesgo en sus propias relaciones de pareja.
Finalmente, las muestras llevan a identificar patrones de atracción similares en escuelas de Educación Secundaria de lugares y situaciones diferentes. Esta tendencia supera la falsa suposición que correlaciona tasas más altas de violencia de género con aspectos culturales de ciertos países, lo que demuestra que el modelo de socialización coercitivo dominante está presente en diferentes contextos geográficos, culturales y condiciones socioeconómicas.
Se concluye que, para superar esta manera de atracción impuesta por la socialización dominante, es necesario plantear un discurso alternativo dentro de los diferentes espacios de diálogo e interacción en los que participan las y los jóvenes. En esta línea, es clave incorporar el lenguaje del deseo al discurso asociado con la atracción hacia modelos no violentos, y no hacerlo sólo desde el lenguaje de la ética. Además, se necesita mostrar abierta y más claramente los tres tipos de masculinidades identificadas: Masculinidad Tradicional Dominante, Masculinidad Tradicional Oprimida y las Nuevas Masculinidades Alternativas, situando a este último modelo en el ámbito del lenguaje del deseo y mostrando que todas y todos podemos tener relaciones apasionadas y libres de violencia.
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