Aunque se cuenta con estudios que demuestran el factor de protección de la actividad física sobre el riesgo de desarrollar cáncer de mama, existe controversia sobre el impacto que tiene el ejercicio tras el diagnóstico. Por ello, un nuevo estudio aporta luz sobre cómo la actividad física moderada se asocia con un menor riesgo de muerte entre supervivientes de cáncer de mama.
Se trata de una investigación cuyos resultados se han anunciado en la carta de investigación publicada el jueves en JAMA Network Open, aportando evidencias que muestran como la actividad física moderada se asocia a un riesgo de muerte un 60% menor entre las supervivientes de cáncer de mama, un riesgo de mortalidad similar al de las supervivientes más activas. Unos resultados que sugieren plantear la incorporación de la actividad física en los planes de atención a las supervivientes, ya que incluso una actividad moderada puede ser vital para prolongar longevidad, así como, la calidad de vida relacionada con la salud.
Como informa Upinews, en el estudio participaron 315 personas de un plan de salud de California, todas eran supervivientes de cáncer de mama posmenopáusicas que habían recibido un diagnóstico inicial de cáncer de mama en fase inicial al menos dos años antes. Las mujeres, que tenían una media de seis años de supervivencia y 71 años de edad, fueron diagnosticadas entre 1996 y 2012, sus entrevista de referencia para el estudio se realizaron entre 2013 y 2015. El estudio reveló que las tasas de mortalidad eran de 12,9 muertes por 1.000 personas-año para las participantes activas, 13,4 de cada mil personas-año para las moderadamente activas y 32,0 por mil personas-año para las insuficientemente activas. En el cuestionario de Godin, el ejercicio extenuantes, incluye, por ejemplo, correr, hockey, fútbol, fútbol americano, squash, baloncesto, esquí de fondo, judo, patinaje sobre ruedas, natación intensa y ciclismo de larga distancia. Y como ejemplos de ejercicio moderado, la marcha rápida, el béisbol, el tenis, el ciclismo suave, el voleibol, el bádminton, la natación suave, el esquí alpino y el baile popular y tradicional.
Unos hallazgos que tienen implicaciones para el asesoramiento de las mujeres pacientes de cáncer de mama sobre los beneficios del ejercicio con relación a los resultados del cáncer, una protección que los análisis señalan que persiste, incluso, después tomar tratamientos del cáncer.
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