La jueza del Tribunal Supremo de Estados unidos, Sonia Sotomayor, en un acto de la Universidad de Derecho de Nueva York dedicado a diversidad e inclusión, expuso la mejora que está aportando la introducción de nuevas normas del Tribunal después de que un estudio encontrara que las mujeres juezas eran más propensas a ser interrumpidas.
Según informa The Guardian, Sotomayor hizo referencia a un estudio publicado en 2017 dirigido a analizar el efecto que tenían algunos factores, como el género, en las interacciones judiciales orales, las cuales cobran un importante peso en el resultado de los casos. Pues desvelaba que las mujeres juezas del Tribunal eran más propensas a ser interrumpidas por los jueces y abogados varones durante sus alegatos orales. El estudio parte de un análisis en profundidad de los mandatos de 1990, 2002 y 2015, lo cual ha permitido ver que si los mismos patrones se mantuvieron cuando había una, dos o tres juezas en el Tribunal. Los resultados apuntan a que el aumento de las interrupciones no es producto del estilo disruptivo de algunos jueces o de la polarización política del país, como algunas personas habían teorizado, sino depende, entre otros factores, del género.
En su presentación, la jueza Sotomayor, también reveló algunos de los impactos positivos que están comportando las nuevas normas, por ejemplo, el nuevo formato en que los jueces hacen preguntas individualmente, por orden de antigüedad, después del tiempo del abogado. Entre las mejoras destacó una mayor sensibilidad de sus colegas jueces, señalando como se están dando situaciones en que el juez pide disculpas cuando siente que ha podido interrumpir, algo que no sucedía anteriormente. También hacia referencia a como el estudio había permitido detectar el patrón de interrupción, así como, valorar la mejor respuesta cuando se da. Otra transformación que destacaba era un cambio detectado en uno de los jueces más veteranos, conocido por participar raramente en las sesiones, y que tras la introducción de las nuevas reglas se ha convertido en una voz más activa durante las audiencias del tribunal.
El equipo de investigación que está desarrollando el estudio considera muy positivo que el Tribunal Supremo se esté tomando esta cuestión en serio y se esté esforzando por cambiar, y sugiere seguir con el análisis para que los malos hábitos no surjan incluso bajo las nuevas normas. Sin duda, como ya señalan los estudios que teorizan sobre el impacto social de las investigaciones, este podría ser un ejemplo de cómo se consiguen mejoras sociales a partir de aplicar cambios que estén basados en la evidencia.