GREVIO organismo responsable de supervisar la aplicación del Convenio de Estambul, publicaba hace unas semanas el primer Informe de evaluación sobre la situación en San Marino respecto a la implementación del Convenio del Consejo de Europa para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres, conocido también como Convención de Estambul.
El análisis de cuál es la situación de la violencia contra las mujeres y las niñas, tras comenzar a aplicar el acuerdo internacional, destaca que se han conseguido algunos avances muy positivos como resultado de, entre otras acciones, la puesta en marcha medidas preventivas destinadas a la sensibilización sobre la violencia de género en las escuelas a través de un enfoque transversal, así como la mejora de la formación de profesionales que se ocupan de atender a mujeres víctimas de violencia y cuyos perfiles van desde las personas funcionarias encargadas de aplicar la ley, técnicos y técnicas de los servicios sociales hasta personal del ámbito de la salud. La formación en temas de violencia de género ha elevado su nivel de conciencia sobre los derechos y las necesidades de las supervivientes de violencia. GREVIO reconoce la labor realizada por el departamento de atención a las víctimas de violencia sexual que ofrece el hospital de San Marino, en el que disponen de servicios médicos y forenses especializados.
Así mismo, el Informe destaca la entrada en vigor de dos leyes y varios decretos que las desarrollan abordando la violencia contra las niñas y las mujeres a través de los cuales se han añadido medidas de asistencia y protección a las víctimas, además de varias enmiendas al Código Penal.
Otro aspecto que se resalta como muy positivo ha sido la iniciativa de las autoridades en el establecimiento de una aplicación móvil para atender a las víctimas, especialmente en un momento como ha sido la crisis por la Covid-19, en el que se necesitaban soluciones innovadoras para asegurar el acceso a las mismas, para poder prestarles la información y el apoyo necesarios.
Si bien la evaluación identifica el progreso, también es clara en la descripción de lagunas importantes que aún quedan por cubrir como por ejemplo, y entre otras muchas, asumir un enfoque coordinado y una estrategia de acción colaborativa entre las instituciones o la elaboración de un documento que reúna los protocolos y principios de participación conjunta con el fin de alcanzar los objetivos comunes.
Un primer análisis que además de recordar los muchos los desafíos a nivel legal, financiero, social y educativo que quedan por delante, también visibiliza progresos esperanzadores que nos recuerdan el sentido y la importancia de los esfuerzos internacionales por tomar acuerdos, como la Convención de Estambul, para impulsar y apoyar los cambios que la sociedad demanda y promover que las naciones y sus gobiernos se comprometan y movilicen cada vez más para frenar y erradicar la violencia de género.
