Esta semana ha sido noticia la llegada al Vaticano de Amal, la marioneta que viene recorriendo Europa desde julio, cuando inició su camino desde la ciudad siria de Gaziantep, en la frontera con Turquía. Amal es símbolo de la esperanza que busca un mundo mejor que llevan consigo millones de personas migrantes. Amal tiene planificado un recorrido de ocho mil kilómetros en el que pasará por más de 70 ciudades de ocho países hasta llegar a Manchester, en Reino Unido, en noviembre. Encarna el mensaje urgente sobre las necesidades de los y las jóvenes refugiadas, llevando el mensaje “No se olviden de nosotros y nosotras”.
Amal forma parte de un proyecto de arte, The Walk (El Camino), que según las personas que la han creado, pretende representar la celebración de la migración y la diversidad cultural, queriendo mostrar cómo, a lo largo de la historia, el movimiento de personas ha impulsado el progreso humano, ha enriquecido la cultura y ha acelerado la adquisición de conocimientos. Por ello, Amal es la representación de las historias de las personas refugiadas como una historia potencial de éxito, respeto, hospitalidad y amabilidad.
Para las personas creadoras, Amal es una marioneta que busca ser muy grande, su altura es de tres metros y medio, porque no quiere pasar desapercibida para que no sea ignorada la experiencia de las personas refugiadas. Amal sigue una ruta similar a la que hicieron algunas personas sirias que escaparon de la guerra civil en su país. Representa a una niña siria de nueve años, muestra de todos los niños y niñas desplazadas, muchos y muchas separadas de sus familias. La marioneta tiene programada una ruta en que, a lo largo del Camino, tiene previstos eventos culturales colaborativos. También cuenta con un programa educativo que consta, tanto de recursos dirigidos al profesorado, como de encuentros educativos abiertos a la participación.
El viernes llegó a Roma y pasó por la Plaza de San Pedro del Vaticano y se situó cerca del monumento de los “Ángeles desprevenidos” dentro de la columnata de Bernini, donde fue recibida por el cardenal Michael Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados, en representación del compromiso del papa Francisco por la acogida. Estuvo presente para dar la bienvenida a la “pequeña Amal” junto con decenas de niños, niñas y visitantes. AMAL seguirá su camino y, tras viajar desde Siria a Turquía, Grecia e Italia, irá a Francia, Suiza, Alemania, Bélgica y Reino Unido.
