Jeanne Baret (1740 – 1807) fue la primera mujer que dió la vuelta al mundo. Era una botánica francesa que en 1767 se embarcó en una de las naves de la primera expedición francesa para circunnavegar la Tierra, con dos barcos de guerra franceses , L´Eoile y La Boudeuse, bajo el mando del conde Louis Antoine de Bouganville, acompañado de astrónomos, cartógrafos, ingenieros, naturalistas, diseñadores y escritores , representando el espíritu de la Ilustración .
Haciéndose llamar Jean Baret, se alistó como asistente del naturalista de la expedición, Philibert Commerson que además de botánico era médico. Entre 1760 y 1764, Commerson, que se había establecido en Toulon-sur-Arroux, a unos 20 kilómetros (12 millas) al sur de La Comelle empleó como ama de llaves a Baret. La mujer de Commerson murió tras tener un hijo . El cambio de vida le facilitó ampliar sus conocimientos de botánica y la convirtió en ayudante de Commerson, con quien empezó a viajar por Europa. Posteriormente Baret tuvo un hijo, cuya paternidad se atribuye a Commerson, y lo entregó al hospital de expósitos de París, lo adoptan enseguida y muere al año de nacer.
Baret nació en La Comelle en la región francesa de Borgoña, una de las regiones más pobres. En su registro de bautismo se la identifica legalmente como hija de Jean Baret y Jeanne Pochard. Era huérfana, su madre murió 15 meses después de su nacimiento y su padre cuando ella tenía 15 años. Su padre está era jornalero y, probablemente, fuera analfabeto como la mayoría de la población, porque no firmó el registro parroquial. Sin embargo Jeanne si que estaba alfabetizada, la teoría más razonable es que Commerson le enseñara a leer y escribir aunque hay otras teorías “Una de sus biógrafas, Glynis Ridley, sugiere que su madre podría haber sido de origen hugonote, un grupo que tenía una tradición de alfabetización más alta que la típica de las clases campesinas de la época. Otro biógrafo, John Dunmore, sugiere que le enseñó el párroco o que un miembro de la nobleza local la tomó como un caso de caridad.”
En 1765, Commerson fue invitado a unirse a la expedición de Bougainville. El botánico sueco Carl Linnaeus, que ideó el sistema para nombrar especies vegetales, lo recomendó como botánico en el viaje. Baret administraba la casa y se encargaba de las colecciones de Commerson, porque en su familia le enseñaron a identificar las plantas por sus propiedades curativas . Baret para embarcarse en la expedición, con la complicidad de Commerson, tuvo que transgredir las normas del siglo XVIII, disfrazada de hombre, arriesgándose a ser descubierta y castigada por hacerlo, puesto que estaba prohibido embarcarse a mujeres en una tripulación con 120 hombres en cada barco. Había una ordenanza real del 15 de abril de 1689 que prohibía a las mujeres navegar en un barco de expedición del rey bajo pena de severas sanciones, como destaca Monique Pariseau en su libro sobre Baret. Commerson estaba enfermo y Baret ganó una “reputación de coraje y fuerza”entre la tripulación. Durante los tres años que duró la travesía y disfrazada de hombre, trabajó de la misma manera que el resto de integrantes de la expedición, “incluido el transporte de las pesadas y engorrosas prensas de plantas de madera utilizadas para preservar las especias botánicas”, y realizó algunas de las colecciones más importantes de la expedición, aunque el reconocimiento siempre fue para Commerson, el botánico titular. Barnet, por ejemplo, descubrió, la Bougainvillea brasiliensis, una vid con flores brillantes y hermosas originaria de América del Sur.
La expedición tenía otros propósitos ligados a los científicos, por ejemplo cuando deben desembarcar en Montevideo para una reparación del barco :”Entre sus objetivos se encontraban especímenes de cochinilla del carmín, recolectados de las almohadillas espinosas de la tuna, por la gran demanda del tinte rojo producido a partir de su caparazón: las empresas que lo producían cotizaban en las bolsas de valores de Londres y Ámsterdam”.
El 5 de junio de 1768, el Boudeuse, describe Glynis Ridley “hizo disparos de advertencia para alertar al Étoile del peligro en el agua: la expedición se había topado con la Gran Barrera de Coral. Actualmente un afloramiento de coral a unos 190 kilómetros al este del continente australiano se llama Arrecife Bougainville en honor a ese momento”. Los barcos giran a Nueva Ginea . Se descubre que Baret es una mujer y ella argumenta que es un eunuco para eludir el castigo tras ser descubierta por un tahitiano según narra Stéphane Dugost. Los diarios de tres hombres de la expedición informan que Baret fue violada.
A Bouganville le había impresionado su trabajo físico como un miembro más de la tripulación, y, atendiendo a su contribución por el material recogido, decidió no procesarla ni detenerla. Aunque Barnet y Commerson se vieron obligados a abandonar la expedición en la colonia francesa de Isla Mauricio. El príncipe de Nassau-Siegen, un noble que también formó parte de la expedición de Bougainville dejo escrito:” Creo que su aventura debería incluirse en una historia de mujeres famosas”. Sin embargo, la realidad era que las mujeres eran alojadas en los márgenes de la historia. Alberto López (2020) destaca: “Durante el viaje, Commerson le dedicó a su asistente un arbusto de la familia Meliaceae, Baretia bonnafidia. Sin embargo, la planta cambiaría más tarde su nombre por el de Turraea heterophylla, que sería sinónimo de Turraea floribunda. Desde ese momento, solo las plantas descubiertas por Commerson siguen siendo reconocidas por la taxonomía”.
Commerson sabía que era una gran botánica y en su testamento explicitó que: “en caso de su muerte y la supervivencia de Baret, se le debería dar un año en su apartamento compartido en París para organizar sus colecciones de historia natural, incluidas las gavillas de especímenes de plantas prensadas que había estado reuniendo desde que era un adolescente”.
En Isla Mauricio Commerson y Baret se casaron, aunque poco después, en 1773, falleció el botánico a los cuarenta y seis años. Para poder sobrevivir Baret abrió un cabaret para sobrevivir y en 1774 se casó con un oficial francés del regimiento real Comtois. En 1775 regresan a Francia, completando así Barnet la vuelta al mundo en 1776. Ese mismo año Baret recibió el dinero que se le debía. según el testamento de Commerson, después de solicitarlo directamente al Fiscal General.
Cuando regresa a Francia llevó con ella unas 30 cajas selladas en la que se estima que había unas 5.000 especies de plantas. El catálogo que la pareja de botánicos había recopilado ayudó a crear un inventario de, al menos, 3.000 especies nuevas. Su contribución a la botánica se incluyó en el Muséum d’Histoire Naturelle. En la expedición Baret reunió una colección de más de 6000 especies de plantas recogidas en Brasil, el estrecho de Magallanes, Tahití, y las islas de Madagascar y Mauricio, que se conservan en el Museo de Historia Natural de Paris.
Probablemente el comandante Bougainville, solicitó al Ministerio de Marina el reconocimiento de Jeanne Barne. Así que el 13 de noviembre de 1785 Barnet fue recibida por Luis XVI en Versalles, el rey reconoció sus méritos como asistente del botánico Commerson, la describió como una “mujer extraordinaria” y le otorgó una renta vitalicia de 200 libras por sus méritos, resaltando que Barnet había compartido los trabajos y los peligros de la exploración, con gran coraje en la aventura, remarcando que era una mujer extraordinaria. Barnet murió a los 67 años.
Sin embargo Jeanne Baret fue prácticamente olvidada. El reconocimiento actual de su trabajo como botánica y su papel pionero como exploradora, se produce cuando Glynis Ridley en 2010 publicó su biografía titulada El descubrimiento de Jeanne Baret. El biólogo Eric Tepe dio su nombre a una nueva especie vegetal, Solanum baretiae, de la familia Solanaceae , una planta de la zona de Amotape Huancabamba en Sudamérica del mismo género de la patata, el tomate y la berenjena. Tepe expresa: “Debió de ser una mujer admirable, muy valiente y decidida. Disfrazarse de hombre y enrolarse en un barco para participar en una expedición de ese calibre no lo hace cualquiera. Lo que me parece más interesante es que la historia la ha retratado hasta ahora como poco más que la amante del famoso botánico Commerson, pero ahora sabemos que era una gran botánica y exploradora por derecho propio, y que sus contribuciones sin duda merecen ser reconocidas”.
El 26 de abril de 2018 se dio oficialmente el nombre de Monte Baret a una cordillera en el planeta Plutón. Alejandra Martins nos recuerda :” El espíritu de aventura de Baret sigue siendo una parte central de la botánica”.
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