“¿Te imaginas qué habría pasado si Einstein hubiera nacido mujer? Pues que probablemente, hoy no sabríamos quién es Einstein.”
Así se presenta la campaña #NoMoreMatildas de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) que busca dar visibilidad a las mujeres científicas que durante la historia han sido invisibilizadas por razón de género. Entre algunos ejemplos de brillantes científicas, aunque desconocidas, son Lise Meitner (física, formó parte del equipo que descubrió la fisión nuclear), Rosalind Franklin (química, una de los cuatro investigadores descubridores de la estructura molecular del ADN) o Hedy Lamarr (inventora de la primera versión del espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de larga distancia, el precursor del wifi).
No hay duda de que son muchas las mujeres científicas que a lo largo de los años no han recibido el reconocimiento por el mero hecho de ser mujeres. #NoMoreMatildas es una iniciativa que quiere denunciar esta injusticia con el objetivo de recuperar sus trayectorias e incorporarlas al conocimiento general de la sociedad. Como apunta su manifiesto “creemos que la baja presencia de mujeres en STEM se debe en parte a la falta de referentes que fomenten la vocación científica en niñas y adolescentes”, y es por ello que entre sus objetivos figura la “actualización” de los libros de texto. Es decir, incluir a las mujeres de ciencia en el lugar más importante para la educación de las futuras generaciones. Además, #NoMoreMatildas tiene disponible en su página web tres cuentos que nos invitan a imaginar cómo hubiera sido la vida de Albert Einstein, Alexander Fleming y Erwin Schrödinger en caso de haber sido mujeres.
La propuesta, liderada desde AMIT con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España y la colaboración de Dospassos recibe este nombre en referencia al “Efecto Matilda”. La denominación (idea de la historiadora de ciencia Margaret W. Rossiter) hace referencia a la activista Matilda Joslyn Gage (1826-1898) que fue la primera en denunciar el prejuicio para reconocer los descubrimientos de las mujeres científicas y atribuirlos a sus compañeros masculinos.
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