La protagonista del artículo de hoy realizó una importante aportación a la ciencia en el campo de la Medicina, ya que contribuyó en las investigaciones contra una de las enfermedades infecciosas más extendidas en la primera mitad del siglo XX: la poliomenlitis. Cuando escuchamos esta palabra a nadie se nos escapa la importancia del descubrimiento de la vacuna contra el virus que la causaba.
Isabel Morgan nació en 1911, en Massachusetts. Era la hija de los genetistas Lilian Vaughan Sampson y Thomas Hunt Morgan, quien recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, en 1933.
Esta viróloga y bacterióloga se graduó en la Universidad de Stanford y escribió su tesis doctoral en bacteriología en la Universidad de Pensilvania. Se unió a la Universidad Rockefeller en Nueva York en 1938, donde trabajó como investigadora en el laboratorio del patólogo y microbiólogo Peter Olitsky que la describía como una persona de gran creatividad que buscaba nuevos caminos en la investigación apoyándose en evidencias científicas sólidas.
La poliomielitis es una enfermedad infecciosa causada por un virus invasor del sistema nervioso con consecuencias deformantes, invalidantes e, incluso, mortales.
En 1944, Morgan formó un grupo de investigación con los virólogos de la Universidad Johns Hopkins, David Bodian y Howard A. Howe y descubrió que la vía digestiva era la principal ruta de infección y de entrada del virus de la polio y no la respiratoria como se creía hasta el momento. Con su equipo también descubrió que había tres tipos diferentes del virus y que durante la infección existía una fase de viremia, presencia del virus en sangre.
Allí comenzó a realizar experimentos con el virus de la polio muerto en el tejido nervioso e inactivado con formaldehído e inmunizó con éxito a un grupo de chimpancés. Tras vacunarles con el virus inactivado, los monos pudieron resistir las inyecciones posteriores con altas concentraciones de poliovirus vivo. Publicó su trabajo en 1948, lo que se convirtió en la primera evidencia experimental de la existencia de una vacuna contra la polio.En 1935, Maurice Brodie había demostrado la misma inducción de inmunidad con el virus inactivado.
Hasta que Morgan realizó su trabajo, se pensaba que solo los virus vivos podían transmitir inmunidad a la poliomielitis. Así que el trabajo de Morgan fue clave para conseguir una vacuna contra la poliomielitis de virus muertos, aprobándose en 1955 la vacuna del investigador estadounidense Jonas Salk para uso general. En 1962 se aprobó la vacuna contra la polio del virólogo polaco Albert Bruce Sabin con virus vivos atenuados.
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