Tras la grave violación realizada a una niña colombiana la semana pasada por parte de siete soldados en Colombia, la ciudadanía se ha movilizado en las redes sociales. Peticiones en línea para exigir la máxima condena a los soldados que admitieron las agresiones sexuales a la niña de 12 años de la tribu Embera.
Este hecho ha puesto de nuevo en la agenda pública la necesidad de visibilizar la violencia sexual que sufren mujeres y niñas de pueblos indígenas, y poner fin a la impunidad de los agresores, puesto tal y como recogen las fuentes consultadas por Thomson Reuters, hay pocos casos de violencia sexual que realmente se penalicen en Colombia.
Uno de los datos ofrecidos es ilustrativo, de los 34.000 casos denunciados, solo un 15% recibió una condena explícita según la oficina del fiscal general. Este dato es realmente minoritario, y así se envía un mensaje inequívoco a los agresores sexuales, pueden hacerlo porque apenas hay castigo. Es necesario apoyar el movimiento social que sí está exigiendo que acabe la impunidad ante la agresión sexual sea perpetrada por quien sea.
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