La crisis producida por el COVID-19 a nivel internacional ha levantado alarmas sobre la violencia de género en los hogares. Ha abierto el debate social y político sobre las medidas de protección a las mujeres que sufren violencia y que en estos días son aún más vulnerables. Estas alarmas también se empiezan a poner sobre los riesgos de la infancia a sufrir violencia o abusos en sus hogares por parte de familiares.
Así como se ha pedido a la ciudadanía proactividad para denunciar en caso de escuchar violencia, las instituciones y las entidades lanzan un llamado también a estar atentas y atentos ante posibles casos de violencia y abusos a los niños y niñas. La asociación ANAR ha publicado los primeros datos sobre los menores de edad ayudados durante la crisis del coronavirus y que reflejan la grave situación en la que muchos de ellos se encuentran. Según la Fundación, 2 de cada 5 casos atendidos a través del Chat ANAR y del E-mail ANAR han sido por violencia. Se han producido 270 peticiones de ayuda de Chat y correos electrónicos procedentes de todo el territorio nacional, a través de los cuales han sido capaces de detectar 173 casos graves en los que los menores de edad estaban sufriendo algún problema dentro de su propia casa.
Las denuncias y las peticiones de ayuda han sido puestas por menores que ya tienen acceso a los recursos como móvil, ordenador, etc. Aun con eso, los y las más pequeñas siguen estando desprotegidos si la propia ciudadanía, vecindad, amistades, no se posicionan por ellos pidiendo ayuda a entidades como ANAR. Es por eso que desde las instituciones también se ha pedido atención a la ciudadanía para actuar cuando sea necesario proteger a los y las más pequeñas.
Coordinadora del Metoo University