Luri Sorroche es la única mujer que dirige un sénior masculino amateur en Catalunya. Llegar allí no le ha resultado sencillo ya que como la Vanguardia apunta las mujeres que quieren sentarse en los banquillos masculinos tienen que romper el conocido techo de cristal.
Como ya se ha publicado en varias ocasiones, el fútbol es un deporte muy masculinizado, donde las mujeres han estado y están, infravaloradas e invisibilizadas sufriendo una discriminación por cuestión de género. Pero cada vez se están logrando más éxitos y reconocimientos que están abriendo sendas a todas las mujeres que vienen por detrás. Algunos ejemplos de ello es el convenio que se logró firmar hace unos meses gracias a la unión de todas las jugadoras o el anuncio reivindicativo de Nike del pasado verano por el Mundial de Francia donde una niña se encarnaba en varias futbolistas y en concreto en una entrenadora del Barcelona lanzando este mensaje: “la primera entrenadora de la Liga hace historia”.
A Luri, la oportunidad de entrenar a un equipo masculino le llegó esta temporada, hasta entonces se encontró con muchas puertas cerradas. El pasado 17 de febrero, Sorroche, fue galardonada en la gala solidaria de la Federación Catalana por estar a cargo de un equipo masculino amateur. Ángela Jiménez, jugadora del Girona y entrenadora del segundo equipo de la Fundació Esportiva Palamós disuelto a media temporada por falta de jugadores, también fue galardonada en la misma gala.
Ellas de momento son la excepcionalidad en nuestro país, pero el hecho de reconocer su trabajo y visibilizarlas es importante para animar a otras a seguir luchando por sus sueños. Desde la Federación Española aseguran que la cifra de entrenadoras no alcanza el 10%. Según lo que parece faltan referentes, espejos en los que mirarse y muchas de ellas optan por otros caminos o por el fútbol formativo. El paso a los banquillos es un reto que tenemos por delante las mujeres, en la Primer Liga Iberdrola, solo hay una mujer que dirige un equipo femenino, María Pry.
En el mundo ya hay algunas mujeres que sí que han logrado el éxito y pueden ser referentes para otras. Es el caso de Chan Yuen-ting, la primera capaz de levantar un título con el Eastern de Hong Kong y disputar un torneo internacional, la Champions asiática o Salma Al-Majidi, la primera en entrenar un equipo masculino en el mundo árabe, en Sudán, a la edad de 25 años.
Como casos más cercanos están los de Helena Costa y Corinne Diacre en el Clermont de la segunda francesa. La primera, ahora ojeadora del Eintracht de Frankfurt, duró apenas unos meses por motivos personales. En cambio, su sucesora– actual seleccionadora francesa femenina– se pasó del 2014 al 2017 en la media tabla de la Ligue 2. Una historia que inspiró Home Ground , una serie noruega sobre una entrenadora que tiene que ganarse el respeto por querer hacer su trabajo.
Visibilizar y dar a conocer a las niñas desde las primeras edades referentes femeninos, que están logrando éxito profesional en los cuerpos técnicos de los equipos de fútbol femeninos o masculinos, ayuda a poder inspirarse en sus historias y a proyectar los sueños hacia carreras profesionales donde las mujeres tienen mucho que aportar.
